¿Se imaginan un robot que pueda sentir alegría, amor o miedo hacia nosotros según el recuerdo que tenga del trato que le hemos dado? ¿O que al reconocer nuestra cara o nuestra voz, nos haga memoria de algo que debamos hacer? Pues deje de pensar que esto es ciencia-ficción porque ya está aquí. Se llama AISoy 1, y es el primer robot social español "que se emociona y toma decisiones" de acuerdo a su estado de ánimo, aseguró ayer en la Campus Party de Valencia uno de sus padres, Diego García, director de Ingeniería de AISoy Robotics.

Esta empresa madrileña de apenas seis trabajadores, tres de ellos a tiempo parcial, sacó ayer por primera vez a su robot del laboratorio para presentarlo en sociedad en el evento de la Ciudad de las Ciencias 14 días antes de su lanzamiento.

Este androide de aspecto infantil de apenas 23 centímetros de altura, según explica David Ríos, socio y asesor científico de AISoy Robotics, "está inicialmente pensado para niños de 6 a 12 años, y puede no sólo jugar con ellos sino mantener una conversación racionalmente inteligente con una persona, o ayudar a los más pequeños a aprender a leer y escribir".

Con una serie inicial de 1.000 ejemplares, esta firma aspira a competir con otros androides sociales como el AIBO de la multinacional japonesa Sony. Álvaro Pérez, El Bigotes, hizo famoso este perrito robot al regalar uno de ellos a los hijos del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, según la documentación del sumario del caso Gürtel. Pérez pagó 1.800 euros por el robot y su maleta.

El AISoy 1 sale a la venta en 14 días

Aunque los creadores del AISoy 1 no quisieron desvelar el precio de su androide, García destacó que "será mucho más económico que el resto de robots sociales que hay en el mercado", pues su objetivo es "democratizar la robótica social, que aún no vemos accesible para la mayoría de los mortales".

El corazón de este pequeño robot es un miniordenador "capaz de procesar el entorno de un modo emocional", apuntó García. Sus múltiples sensores (tacto, cámaras de vídeo, luz, temperatura, fuerza, de localización 3 D) le permiten percibir lo que le rodea, identificar a su dueño y sus familia o amigos -por ahora hasta 4 ó 5 personas-, y "generar no sólo una respuesta emocional a los estímulos, sino modular su comportamiento de acuerdo a la experiencia almacenada". "Es decir, que puede aprender y evolucionar como un ser vivo", recalca.

Así, si le damos un golpe, "sentirá miedo y temblará cuando nos reconozca, pero si lo acariciamos sentirá alegría y amor, y así hasta 14 estados emocionales que tiene registrados. Sólo mueve la cabeza, las cejas y los párpados, y con las más de 3.000 palabras que identifica -lee y oye- expresa emociones y reconoce nuestra voz sin necesidad de entrenarlo.

Bob Allen muestra su androide "bombero"

Algunos de los robots y prototipos de androides más avanzados del mundo invadieron ayer la Campus Party. Los denominados "IGOR" y "Trinity" han demostrado a los jóvenes internautas lo que unos cuantos chips y cables pueden llegar a hacer, gracias a la habilidad de ingenieros como el californiano Bob Allen, en la imagen, con un robot suyo. En su conferencia, el experto en robótica y mecánica e investigador en la Universidad de Carnagie Mellon desgranó el funcionamiento de los robots de uso cotidiano que está desarrollando, a través de OLogic Inc. Como miembro del HomeBrew Robotics Club, resaltó el papel de los clubes de amantes de la robótica para impulsar esta disciplina, una afición de la que han surgido proyectos como el "Trinity Firefighting Robot", creado para localizar un foco de fuego y apagarlo gracias a un ventilador.

"IGOR" está dotado de un sistema de posicionamiento a través de ultrasonidos, mientras que el robot "Follow me" puede reconocer y seguir a una persona, y "Odissey" está diseñado para evitar obstáculos gracias a su sistema de GPS integrado.