Arropado por un séquito de allegados y con apariencia tranquila salió ayer de la cárcel de Villena el ex alcalde de Polop de la Marina, Juan Cano, quien ha permanecido 8 meses en prisión por ser considerado presunto autor intelectual del crimen de su antecesor, Alejandro Ponsoda. La juez fijó para su libertad finalmente una fianza de 20.000 euros, 10.000 más de lo previsto en un principio, según fuentes judiciales.

Poco antes de las 20 horas Cano salía del centro penitenciario. Abrazó a sus familiares y amigos que fueron a darle apoyo, entre ellos la ex edil de Sanidad, Pilar Villanueva. Cano se mostró en todo momento relajado. No evitó las cámaras de fotos y se tomó su tiempo para subir al coche con el que se fue a su pueblo.

Nada más llegar a Polop, Cano visitó a su padre. Posteriormente, fue a su domicilio, donde una quincena de personas estuvieron dándole apoyo. Entre ellas estaban, además de sus familiares, la ex edil Villanueva, el concejal del PP José Valero y funcionarios municipales. Anoche empezó la que según dijo es «una nueva vida».

La juez de Primera Instancia e Instrucción número 2 de La Vila acordó la libertad de Cano por la mañana, bajo fianza de 20.000 euros, al igual que lo hizo para Pedro Hermosilla, propietario del Club de alterne Mesalina donde presuntamente se fraguó el crimen. Los abogados de ambos abonaron antes de la una de la tarde la cantidad fijada por la juez, haciendo efectiva su excarcelación. La instructora también acordó la libertad bajo fianza de 20.000 euros para los ciudadanos checos imputados, para Ariel Gatto, gerente del club de alterne, y para Radim Rakowski, uno de los presuntos sicarios que ejecutó el asesinato. Al otro presunto autor material del crimen, Robert Franek, también le rebajó la cuantía de la fianza de 30.000 a 20.000 euros. Sin embargo, ninguno de ellos pudo eludir la pena privativa de libertad, al no poder hacer frente al pago de la fianza, según afirmaron ayer sus abogados y familiares. Los letrados de todos los implicados a los que se dictó auto de libertad acudieron a primera hora al juzgado de la Vila para solicitarlos por escrito, al rechazarse su tramitación de oficio. La primera en aparecer fue Mariana Ivanov, letrada de Robert Franek, quien declaró que tras pedir hace un mes la libertad de su cliente, fijándose una fianza de 30.000 euros, la reducción de la misma aprobada ayer seguía siendo «insuficiente», por lo que recurrirá a la Audiencia para rebajarla hasta los 3.000 euros, ya que su cliente «no es tan pudiente como otros» y «no puede afrontar el pago de un importe superior».

Alejandro Dapena, abogado del otro presunto sicario, Radim Rakowski, destacó el «giro dado desde la Audiencia Provincial sobre la modificación de las medidas cautelares que pesan sobre los imputados», las cuales «han propiciado que la instructora reconsidere su propio criterio y respalde el de la Audiencia, considerando las peticiones de libertad». Una salida que al estar «condicionada a la capacidad económica» de los imputados, no será posible con su representado, por lo que presentará otro escrito pidiendo rebajar la cuantía. Francisco González, defensor de Pedro Hermosilla, propietario del club de alterne que ayer salió de la prisión de Picassent, dijo no estar conforme con la fianza «al constituir un agravio comparativo respecto a la fijada para Salvador Ros», el zapatero implicado en el caso que salió dos días antes bajo fianza de 12.000 euros pese a estar imputado como coautor intelectual del crimen. En cuanto al gerente del club, Ariel Gatto, imputado en la causa, fueron sus familiares quienes confirmaron que tampoco podrá salir de prisión «por no poder reunir la fianza».

«Soy inocente», dice Cano, el más interesado en «detener a los verdaderos culpables»

Al grito de «soy inocente» abandonó ayer Cano la prisión de Villena. Segundos antes de entrar en el coche con sus familiares para ser conducido a Polop, el ex regidor miró a la prensa y gritó: «soy inocente, ocho meses de cautevio injusto, soy inocente». Y se dirigió a sus allegados, a los que dijo: «esto ya se ha acabado». Una vez en el vehículo y ante la nube de periodistas que se agolparon junto al coche, Cano bajó la ventanilla para pedir que se encuentre a los culpables «porque yo soy el primer interesado, quizás más que otros, en que se detenga a los verdaderos culpables». Preguntado por su puesta en libertad y si le ha sorprendido, Cano dijo estar contento y que se enteró el miércoles. Respecto a cómo ha vivido estos ocho meses, el ex alcalde polopino afirmó que, pese al buen trato de los funcionarios, «ha sido humillante» y añadió que su paso por la prisión son «ocho meses de cautiverio injusto». Respecto a su futuro en Polop —aunque su libertad es provisional— afirmó que vuelve a su pueblo, «a empezar una nueva vida, a trabajar, y a colaborar en todo lo que pueda para que se descubra a los que de verdad tienen que estar en prisión»