?Las playas de Alicante y sus suaves temperaturas van a ser, de momento, la mejor terapia para que Ricardo Silva deje atrás los últimos siete años de su vida en Cuba. Este joven médico de 37 años es uno de los veinte disidentes acogido por España a finales del pasado mes de julio, junto con sus familiares, tras ser liberados por el Gobierno de la isla.

Silva es el primero de los presos políticos que recala en Alicante y el segundo en la Comunitat Valenciana tras la llegada de José García Paneque, que reside en Cullera en un piso de CEAR. Apenas llegó a Alicante el pasado martes y desde el piso de Cruz Roja en el que ya está viviendo, en pleno barrio de La Florida, comienza a vislumbrar su futuro. "Hoy por hoy, mi hijo es mi total prioridad." Y es que Silva ha permanecido los últimos siete años en una cárcel en Santiago de Cuba. Su hijo ahora tiene siete años y medio. "Apenas era un bebé cuando me separé de él, así que por ahora está un poco tímido conmigo." Una distancia que se va acortando, de momento, con juguetes. "Fíjate que me he gastado el poco dinero que llevaba conmigo en comprarle regalos." La playa, pasear, tomar un helado... Los planes que tiene para compartir con el niño y con su mujer en Alicante son infinitos. A medio y largo plazo, "quizás trate de estudiar la especialidad de médico internista, que era mi mayor ilusión hasta que la cárcel truncó mis planes. Espero no estar muy viejito para volver a estudiar".

Nada más conocer la noticia de que su compañero Silva había llegado, García Paneque movió cielo y tierra para tratar de localizarlo y buscar quien lo pudiera llevar a Alicante. En un emocionante reencuentro, los dos disidentes tuvieron ocasión de recordar su salida de la isla y ponerse al día de su situación administrativa. Y es que los 20 disidentes acogidos por España están en situación de Protección Internacional Asistida. "En pocos días recibiremos nuestro DNI para poder buscar trabajo, y en dos años nos han dicho que tendremos acceso a la ciudadanía", señala Paneque. El estatus en el que se encuentran estos ex presos les permite viajar a la isla, "algo que como refugiados no podríamos haber hecho. Aunque tampoco tenemos mucha confianza en que nos permitan la entrada", añade el disidente que reside en Cullera.

Proyecto Varela

Ricardo Silva forma parte del grupo de 75 personas que fueron encarceladas en el año 2003 por recoger firmas para desarrollar en Cuba el Proyecto Varela, "con el que queríamos impulsar simplemente una serie de reformas ciudadanas. No se trataba de derrocar al Gobierno". El encarcelamiento vino precedido de muchos meses "de hostigamiento y acoso" que le obligaron a dejar su trabajo como médico de Atención Primaria en un consultorio del municipio de Palma Soriano, en la provincia de Santiago de Cuba. Un registro en su casa, una citación para presentarse en la comisaría y finalmente un "juicio sumarísimo que se despachó en quince días" y que le llevó a prisión. Así de rápido empezó la nueva vida de Silva en la cárcel.

"Los primeros cuatro meses fueron de aislamiento total. No podía comunicarme con mis familiares y ellos apenas tenían noticias sobre mí. Aunque lo peor fue separarme de mi hijo." Durante los más de siete años que permanecieron en prisión, todos los disidentes encarcelados por la causa Varela tuvieron que convivir con presos comunes. "No quiero hacer distinciones ni discriminar, pero esta gente se prestaba a reprimirte y molestarte continuamente. Incluso llegué a pedir en varias ocasiones el aislamiento, pero no me lo concedieron."

La situación terminó por desembocar en un rosario de secuelas físicas y psíquicas. "He tenido gastritis, infecciones por parásitos, insomnio, depresión..." Secuelas que, una vez recuperada la libertad, y gracias a su condición de médico, "me iré observando y tratando. Estoy seguro de que Alicante, con su clima y su playa, me va a ayudar mucho en mi recuperación".

Respecto al trato del Gobierno español, de las ONG y de la gente en general, Silva no tiene más que palabras de agradecimiento. "Todo el mundo se ha volcado con nosotros, aunque haya habido alguna polémica porque en cierta forma creo que España se ha visto un poco desbordada por la situación." Con todo, para este joven médico su situación actual es de "exilio forzado. Aunque es más llevadero, jamás podré decir que estoy como en casa". Un hogar, Cuba, al que de momento no tiene intención de regresar pese a que, "en teoría", su situación de Protección Internacional Asistida se lo permitiría. "Por ahora, el único motivo que me mueve a volver es cumplir la promesa que le hice a mi abuela de que me despediría de ella antes de que muriera."

En este punto, Silva es muy crítico con la actuación del Gobierno de la isla. "Nos prometieron que primero seríamos excarcelados y después extraditados y no lo cumplieron. De la cárcel nos metieron en un avión sin posibilidad de despedirnos de nuestros familiares y amigos que allí se quedaban. Fue un momento traumático."

Ricardo ha llegado a Alicante acompañado de su mujer, su hijo, su hermano y la familia de éste. "En Cuba se han quedado mis padres y mi abuela, que prefirieron no viajar." La situación de su padre, médico como él, le preocupa especialmente, "porque todavía está ejerciendo y temo que tomen represalias". Silva está convencido de que "no hubiera merecido la pena que Fariñas perdiera la vida en la huelga de hambre para conseguir nuestra libertad".