Una parte de los gitanos rumanos expulsados de Francia llegará a la Comunitat Valenciana "en las próximas semanas". Así lo espera la Fundación Secretariado Gitano después de que a Cataluña hayan llegado en tren y autobús las primeras familias deportadas por el Gobierno de Nicolas Sarkozy. "Esperamos que algunos de los gitanos expulsados vengan aquí", adelantó ayer a este diario la coordinadora provincial en Valencia del Secretariado Gitano, Helena Ferrando. ¿Por qué? Primero, porque los gitanos rumanos "no tienen garantizados sus derechos básicos en su país de origen" y no quieren regresar a su patria natal, afirma la coordinadora del colectivo. Y segundo, porque la Comunitat Valenciana -como ha ocurrido en Cataluña y puede que suceda en Madrid- es una zona próxima a su lugar de deportación.

En la actualidad, el movimiento gitano calcula que en la Comunitat Valenciana residen alrededor de 3.000 gitanos rumanos. Un millar de ellos está asentado en la ciudad de Valencia, principalmente en los barrios del Cabanyal y Natzaret. El resto se distribuye por el área metropolitana del cap i casal, así como por Alicante y sus alrededores. Castelló, pese a ser el principal bastión de los rumanos en la C. Valenciana, no cuenta con gitanos procedentes del Este europeo, según datos de la Fundación Secretariado Gitano.

Esta derivación indirecta de gitanos rumanos a la Comunitat Valenciana será la consecuencia local más palpable de la política de Sarkozy. Pero hay otros efectos, en este caso negativos, que teme el Secretariado Gitano. "Si se admite que es posible violar directivas europeas y no se denuncia enérgicamente esta muestra de racismo que estigmatiza a un pueblo por el simple hecho de serlo, podría avanzar en toda Europa el racismo institucional", alerta Helena Ferrando.

La ultraderecha hace 'campaña'

Más allá del colectivo rumano, el número de personas de etnia gitana alcanza los 70.000 en la Comunitat Valenciana, según datos del Consell. El Secretariado gitano, no obstante, rebaja la cifra a 50.000. La convivencia es, en general, "buena". No se ha producido ningún estallido social en contra de esta etnia minoritaria. Sin embargo, la ultraderecha valenciana ya presumía ayer en internet de que el movimiento gitano de Valencia sólo contara con el respaldo de 70 personas en su protesta del miércoles contra las deportaciones francesas. Por ello, señala el Secretariado, cabe profundizar en la integración.

En este sentido, Ferrando reclama avances en tres frentes. "Las administraciones públicas han de aportar más dinero para programas públicos de integración. La sociedad paya ha de realizar un esfuerzo para pensar que lo diferente no es sinónimo de malo. Y los gitanos deben intentar socializarse más y relajar las medidas autoimpuestas para no perder sus rasgos identitarios. No es más gitano un niño descalzo y con los mocos colgando que no va al colegio, que un chaval que progresa académicamente y llega a ser profesor", concluye la coordinadora del Secretariado Gitano.

"Todos tienen derecho a una asistencia digna"

El conseller de Solidaridad y Ciudadanía, Rafael Blasco, evitó ayer opinar sobre el desmantelamiento de campamentos irregulares de gitanos rumanos decretado por el Gobierno francés. "La entrada y salida de extranjeros es una cuestión que compete a los Estados y en la que las comunidades autónomas no tienen competencias. Toda persona, al margen de su etnia o procedencia, -añadió Blasco a este diario- tiene derecho a una asistencia digna, y a este menester se dedica la Generalitat por sus competencias". Blasco agregó que "las relaciones de la Generalitat con el colectivo gitano de nuestra Comunitat son excelentes. Se mantiene un contacto y una colaboración constantes con las distintas asociaciones que los representan".

"Ni el Gobierno ni el Consell lo condenan"

Sí que se posicionó ayer en contra de la política de Sarkozy el secretario de Inmigración de Comisiones Obreras del País Valencià, Ventura Montalbán. A su juicio, es una acción "completamente ilegal y xenófoba" que puede alimentar "el racismo". Por ello, Montalbán lamenta que "ni el Gobierno central ni la Generalitat hayan condenado la actitud de Sarkozy". Esa protesta oficial, según el dirigente sindicalista, ayudaría a "evitar futuros brotes de racismo contras los gitanos rumanos asentados en la Comunitat Valenciana". "Hasta ahora no se han planteado problemas de convivencia y esperamos que así sea. Pero se debe aumentar la inversión en el tejido productivo, la pedagogía hacia el diferente y el reparto de riqueza". p. c. valencia