Frente al idílico panorama dibujado por el presidente, el síndic socialista, Angel Luna, ofreció una visión muy distinta con una Generalitat endeudada hasta las cejas e incapaz de asumir sus compromisos de pago. "Esto no funciona y cada vez va a peor. No hay nadie a quien no deban dinero", denunció nada más arrancar su primera intervención. El socialista fue muy crítico respecto a la gestión financiera del Consell, cuyo modelo, dijo, se basa en la generación de deuda y en los "grandes proyectos" que se convierten "en grandes fracasos".

El dirigente socialista, que calificó de "milagroso" que la Generalitat abra la puerta todos los días, cuestionó la política de austeridad del Consell y aseguró que el Ejecutivo valenciano sólo "ahorra por inactividad". Ante las críticas de Camps a Zapatero por la deficiente financiación autonómica, Luna recordó que fue el PP quien pactó un modelo que impedía la revisión automática por el incremento poblacional y acusó al presidente de "mentir" en esta cuestión. También le echó en cara no haber liderado la reclamación de un sistema mejor para la Comunitat Valenciana cuando era el momento. "Usted da voces, pero no acude a ninguna reunión conflictiva", le reprochó.

Tras recordar que en su día el PSPV quiso unir fuerzas con el PP en la negociación sobre financiación, el síndic del PSPV ofreció otro acuerdo para salir de la crisis, aunque lo condicionó a la aprobación de un marco presupuetario estable -echó en cara a Camps su retahíla de promesas cuando "no pueden pagar ni los bolígrafos"- y al compromiso de transparencia permitiendo a la oposición que tenga acceso a los expedientes de contratación. En concreto, Luna exigió los relativos a los sobrecostes de Cacsa y los de la empresa Sedesa, hasta hace poco propiedad de la familia del conseller Juan Cotino.

Camps, por su parte, también hizo un amago de tender la mano a la oposición en materia económica al asegurar que en esta cuestión no sobra nadie, incluso "aquellos que lo tienen todo perdido".

Luna fue muy crítico con la situación de los servicios públicos. Recordó el "verano de terror" de los dependientes y el "caos y el autoritarismo" en materia educativa. Además, cuestionó el "valencianismo" de Camps y lo acusó de aplicar las viejas recetas del "populismo".