Mata se refirió a ella como una "crack de la política", pero Carmen Alborch demostró durante la hora y media de debate que también es una "crack" como moderadora. La todavía portavoz municipal socialista -cuyo retirada ha desencadenado estas Primarias en Valencia- se convirtió en la estrella del debate de ayer y provocó más de una carcajada: al enredarse con la explicación de las normas; cuando cortó a Mata en pleno clímax de su intervención final; al interrumpir el debate cuando le sonó el móvil -era su madre, dijo-, o cuando recomendó a los militantes "hacer caligrafía", ya que no entendía la letra de las papeletas con las preguntas a los candidatos.

Alborch puso la salsa a un debate donde las réplicas y contrarréplicas -ni hablar de reproches personales- brillaron por su ausencia. Junto a Mata -a la izquierda del escenario y en mangas de camisa- y Calabuig -a la derecha e impecable con corbata roja-, una gran pantalla con un reloj que cronometraba las intervenciones acaparaba la escenografía. Hubo aplausos por doquier en un salón Ernest Lluch abarrotado y con gente en pie. Tanta que el calor hacía que Mata y Alborch tirasen de abanico. Entre los presentes destacaba la asistencia del delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, el secretario de la Ejecutiva local, Salvador Broseta, y la provincial, Carmen Martínez. No estuvo Jorge Alarte, al que Mata tuvo la deferencia de citar para recordar que hace dos años quería romper con la "componendas" de partido.

No fue el único al que citó. Mata dio altura intelectual a la tarde con referencias a Jefferson, Blas Infante o Muñoz Molina. También se acordó de las enseñanzas de su padre, y de las palabras de Rita Barberá.