Los promotores de la mezquita del barrio Nicolás Andreu de Torrent (Valencia) estudian la posibilidad de ubicar el centro religioso en una nave industrial de la localidad, tal y como sugieren los vecinos, después de que ayer anunciaran que paralizarían las obras debido a la oposición ciudadana.

Según ha informado a EFE el presidente del Centro Islámico de Torrent, Zine El Abidine, el colectivo musulmán ha aceptado la propuesta de los vecinos porque su intención de contar con un nuevo lugar de culto era para "evitar un problema, no crear uno mayor".

El Abidine ha explicado que los musulmanes contaban ya con un centro de culto en el barrio que, no obstante, se les había quedado pequeño por la creciente afluencia de fieles, lo que había provocado que en ocasiones tuvieran que ocupar las aceras para rezar.

"Los viernes y los días festivos la mezquita se llenaba, y nos veíamos obligados a ocupar la acera; eso creaba molestias a los vecinos, y nosotros no queríamos eso, por lo que empezamos a buscar otro lugar cercano y más amplio", ha explicado.

El representante musulmán ha explicado que otro de los motivos por los que se quería trasladar la mezquita a un recinto mayor era para contar con suficiente espacio para realizar actividades culturales y sociales en las que pudiesen participar los vecinos del barrio.

En cuanto a la ubicación propuesta por los vecinos, El Abidine ha indicado que el Centro Islámico de Torrent estudiará si la nave cuenta con los metros suficiente y, sobre todo, si el precio es asequible.

El Centro Islámico de Torrent acordó ayer paralizar las obras que se estaban llevando a cabo en el barrio Nicolás Andreu tras reunirse con el equipo de gobierno municipal y la asociación de vecinos, quienes se oponen a la construcción de una mezquita mayor que la actual por la afluencia de gente que podría generar.

OBRAS PARALIZADAS

El centro islámico de Torrent ha decidido paralizar la obra en la nave donde proyectaba trasladar su sede y, por tanto, la mezquita, para buscar una solución al conflicto que ha generado en una parte del barrio y un emplazamiento alternativo. Así lo anunció el presidente Zine El Abidine anoche, al término de una reunión de más de dos horas en el Ayuntamiento de Torrent con la alcaldesa, María José Català, y los dirigentes de la asociación de vecinos del barrio, Nicolás Andreu.

A pesar de que la comunidad musulmana tenía todos los permisos en regla para la obra y que ya había hecho parte de la inversión, ha podido más la presión ejercida por un centenar de residentes que la semana pasada boicoteó con gritos y acusaciones el acto de presentación del proyecto en la sede de la entidad vecinal.

Según los asistentes a la reunión, fue la propia alcaldesa, María José Català, la que pidió a los dirigentes del centro islámico que se replantearan la ubicación "por el conflicto" que se había generado. A partir de ahí, la asociación de vecinos propuso que estudiaran trasladarse a una nave situada en el área comercial cercana al barrio, en concreto detrás de Mc Donalds, que tiene 1.200 metros cuadrados de planta y otros 200 de oficinas en el primer piso. La propuesta buscaba "ayudar en el problema aunque sabemos que tienen todo el derecho legal a quedarse donde están haciendo la obra".

El dirigente Vicente Laencina indicó "ya que es una nave muy grande, que está a pocos minutos de la otra, a lo mejor podrían compartir el espacio con el centro comarcal de atención a inmigrantes de la Mancomunitat, que busca nuevo emplazamiento", tras demoler el Ayuntamiento de Torrent la nave donde estaban para ceder el suelo a la Universidad Catòlica.

Finalmente Zine El Abidine aceptó paralizar la obra y buscar otras soluciones. "Nosotros nunca hemos querido ni molestar al barrio ni crear ningún conflicto", remarcó ayer. A partir de hoy, dirigentes del centro islámico visitarán la nave "y la grabarán" para que la comunidad vea las imágenes y pueda decidir. "Lo estudiaremos aunque está muy apartada y no queremos poner en peligro a las mujeres que vienen con niños y luego tienen que salir a un descampado", añadió. Para el centro, es "vital" que la nueva mezquita "esté en un lugar cercano al metro o al autobús" para facilitar el acceso a los usuarios.

Desde la AVV se valoró la "buena voluntad del centro, aunque estaban en su derecho de seguir con el proyecto, lo que les honra" y se pidió que el consistorio les devuelva el dinero de la licencia de obras que han pagado.

Por su parte, la alcaldesa de Torrent, María José Català, dijo que su "referencia" en el conflicto era "el cumplimiento de la legislación vigente y el bienestar de los vecinos", de los que dijo que "han entendido desde el primer momento que la mejor opción era trabajar conjuntamente con el equipo de gobierno". Sobre la oposición del PSPV y el Bloc, Català opinó que "han tenido un papel oscuro en este tema, utilizando los medios de comunicación para enfrentar a los vecinos con el gobierno local, ya que "declinaron" participar en la negociación.