La llegada del AVE a la Comunitat Valenciana tendrá un impacto económico de 3.583,2 millones de euros a lo largo de los 40 años de vida útil de la infraestructura, según el estudio elaborado por Price Waterhouse Coopers (PWC) por encargo de la Generalitat. El mayor impacto de esta infraestructura será en el sector turístico, en el que puede llegar a crear 32.500 puestos de trabajo para dar servicio a los turistas o visitantes que llegarán en 790.000 viajes anuales más hasta la ciudad de Valencia. Según la Conselleria de Infraestructuras son datos que tiran por lo bajo, por lo que los beneficios, probablemente, serán mayores. Deberían de serlo, al menos para amortizar la nueva infraestructura ya que el coste del trazado de la alta velocidad a Valencia, Cuenca y Albacete tendrá un coste aproximado de 6.400 millones de euros, según las cifras que maneja el Ministerio de Fomento. Además, sólo con una edición de la Copa del América se esperaban crear 40.770 empleos y 3.663 millones.

Pero ayer era el día de sacar pecho en solitario y presumir de la llegada del AVE como un logro propio de la Generalitat. "Tras 20 años de esfuerzos y reivindicaciones, nunca es tarde si la dicha es buena. Bienvenido a casa sea el AVE, porque si hay un lugar que tiene sentido para el AVE es Valencia", aseguró Camps. Aunque la felicidad no es total. "Todavía quedan dos hermanos más de la familia para que llegue de verdad a nuestro territorio: Castelló y Alicante. Y la lista no estará completa hasta que se complete el corredor mediterráneo", defendió el presidente.

En su intervención el jefe del Consell no citó, ni para bien ni para mal, al Ministerio de Fomento, que ha pagado y ejecutado las obras a través del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). "Hemos conseguido que venga la alta velocidad, igual que vendrán otras infraestructuras que nos merecemos como el trasvase y la financiación", reivindicó. Y defendió que con la conexión del AVE entre Madrid y Valencia "el eje de tracción nacional abandonará el norte de la península y se situará en el centro del país que ya estará conectado con el centro del arco mediterráneo que es la C. Valenciana".

Según Camps, "España cambia cuando dos ciudades se comunican e infraestructuras de la envergadura del AVE conllevan siempre cambios políticos y estructurales". Y Valencia también va a cambiar, a juicio de Camps, porque "la alta velocidad es empleo, riqueza, industria, sectores productivos y expectativas de crecimiento". Un crecimiento para el que "el Consell irá desarrollando junto a la sociedad civil y económica una estrategia (que no concretó pese a que apenas faltan 70 días para que llegue el AVE) para determinar las expectativas de negocio que en torno a la alta velocidad se puedan poner en marcha en la C. Valenciana".

Respecto al estudio de PWC, del que sólo dieron un resumen porcentajes sin ofrecer cifras detalladas, los 3.583,2 millones de impacto económico que dejará el AVE, 1.021,6 corresponden al beneficio para el usuario (por ahorro de tiempo o el precio del billete que se ha calculado valdrá 80 euros, ida y vuelta); 736,7 millones por los efectos externos sobre otros medios de transporte (bajará la siniestralidad y la contaminación); 978,7 millones por el aumento de la demanda de viajes entre las dos autonomías; y 846,2 millones de beneficios a la conexión Valencia-Alicante.

La consultora también calcula que los 790.000 nuevos viajeros del AVE (Fomento prevé 3 millones ya que ahora ya viajan 1,7 millones de viajeros al año) se gastarán unos 978,7 millones de euros en la hostelería y beneficiará al mercado de vivienda de segunda residencia ya que "el beneficio de ocupar un fin de semana un 10% del parque de segundas viviendas es de 7,9 millones".