El Consell acordó ayer la concesión de las Distinciones de la Generalitat con motivo del 9 d'Octubre. En esta ocasión la Alta Distinción recae en el geógrafo Antonio Gil Olcina y las distinciones al alférez que falleció en Haití por un accidente, Manuel Dormido Garrosa, (a título póstumo); también a la ONG de Algemesí "Rescate: Intervención, Ayuda y Emergencia"; y al Colegio Imperial de Niños Huérfanos San Vicente Ferrer.

El Premio de las Letras se le ha otorgado al profesor de la Universitat Jaume I, Santiago Posteguillo, quien ha publicado hasta la fecha tres novelas históricas en tan solo tres años. Las distinciones al mérito cultural se entregan este año al escultor y pintor Nassio Bayarri; al también escultor Silvestre de Edeta; y a la Sociedad de Cronistas del Reino de Valencia.

En el nuevo apartado "al Mérito Científico" la prestigiosa oncóloga Anna Lluch se ha llevado el galardón. Tanto ella como Antonio Gil Olcina son los dos destacados premios del presente 9 d'Octubre.

Dos trayectorias brillantes

Antonio Gil Olcina (Lorca, 1942) es director del Instituto Universitario de Geografía de la Universidad de Alicante y Rector Honorífico. En 1977 llegó a Alicante para participar activamente en la fundación de esta universidad en la que ha desarrollado su carrera investigadora como geógrafo. Profundo conocedor de la planificación hidráulica y la hidrología mediterránea, que investigó, sus posiciones en relación con el trasvase del Ebro, el trasvase Júcar-Vinalopó, el Acueducto Tajo-Segura y en contra de la "masiva" construcción de desaladoras, han coincidido plenamente con las del Gobierno valenciano, que en los últimos años le ha encargado algunos trabajos y los ha utilizado para respaldar técnicamente su reivindicación política sobre las trasferencias de agua.

La doctora Anna Lluch además de ser conocida por ser la responsable del servicio de Oncología del Hospital Clínico de Valencia es célebre por ser una de las especialistas más entregada en cuerpo y alma a tratar y aliviar el cáncer de mama, no solo en su vertiente investigadora y terapeútica de nuevos tratamientos-es una buscadora infatigable-, sino sobre todo por su gran humanidad y empatía con las mujeres que acuden a ella buscando un resquicio de vida y esperanza.

Anna Lluch es una médico entrañable y querida. Y quizá sea este afecto que con su gran humanidad despierta, el mejor galardón que una profesional de la medicina puede recibir a lo largo de su carrera que es la suma de miles y miles de días de consulta y de desvelos para identificar el tratamiento más eficaz y menos lesivo para sus pacientes, a las que la doctora Lluc siempre mira desde su rostro de persona.

Los galardones se entregarán esta mañana en el Palau de la Generalitat tras los discursos institucionales.