El mapa político de la Marina Alta está salpicado de casos de transfuguismo. El más sonado fue el de Dénia. El tránsfuga del PSPV, Juan Collado, votó en julio de 2008 la moción de censura que le dio la alcaldía a Ana Kringe (PP), y desbancó a la socialista Paqui Viciano. De aquella maniobra surgió un gobierno pentapartito (PP, Centre Unificat, Gent de Dénia, PSD y el propio Collado, que pertenece al grupo de no adscritos) cuyos ediles fueron declarados tránsfugas por la Comisión de seguimiento del Pacto Antitransfuguismo. Pero eso no tendrá consecuencias políticas. Ana Kringe será, con toda seguridad, la candidata del PP a la alcaldía y confía en conseguir rédito electoral de sus dos años y pico de gobierno.

El pentapartito, en este último tramo de mandato, ha aprobado el concierto previo del nuevo PGOU de Dénia, que pese a las reticencias mostradas por el tránsfuga vuelve a apostar por la construcción como motor económico (prevé edificar 16.000 viviendas) e incluso reclasifica suelo protegido del Montgó.

Otro tránsfuga, pero esta vez de Esquerra Republicana del País Valencià (ERPV), cambió en junio de 2009 el gobierno de la Vall de Laguar. Josep Manel Barber, quien había gobernado con el alcalde socialista Juan José Puchol, firmó la moción de censura con la que el PP por primera vez en la historia asumía el gobierno de este municipio de casi 1.000 habitantes.

En Poble Nou de Benitatxell cuatro ediles de un partido independiente (Pideb) firmaron con la actual alcaldesa del PP, Josefa Ronda, una moción de censura contra el alcalde de su propio partido, Juan Cardona, quien, sin embargo, había dimitido minutos antes. Cardona está imputada por cohecho por, supuestamente, pedir dinero a un promotor a cambio de una recalificación urbanística. Esos ediles formaron gobierno con la nueva alcaldesa y se dieron de baja de su partido y se afiliaron al PP. El Bloc ha denunciado el caso ante la comisión Antitransfuguismo.