La comunidad neocatecumenal de la parroquia de la Santísima Cruz de Valencia, situada en la plaza del Carmen, ha ampliado sus dependencias parroquiales después de que sus miembros hayan financiado la mayor parte de la restauración de un edificio anexo al templo. El nuevo complejo, que tiene cinco plantas y más de mil metros cuadrados, cuenta con seis salas de celebración específicamente destinadas a los oficios de los seguidores del movimiento de Kiko Argüello (conocidos como kikos).

Esta comunidad neocatecumenal, fundada en 1974 y una de las más antiguas de Valencia, cuenta con unos 200 miembros y ha ampliado notablemente su red de influencia desde que en 1997 fuera trasladada, a petición del anterior arzobispo García-Gasco, desde la parroquia de San Antonio al despoblado centro del Carmen para dinamizar la vida católica del barrio. Según explica Paco Ortiz, miembro de la comunidad neocatecumenal de la Santísima Cruz, "la reforma no ha sido un capricho, sino una necesidad porque la comunidad neocatecumenal ha ido creciendo y requiere más espacio y mejores condiciones para darle comodidad a la persona dispuesta a ser evangelizada".

Los nuevos locales parroquiales también disponen de cinco salas de uso común para grupos de catequesis, el movimiento de mayores Vida Ascendente o las cofradías, así como una sala multiusos, una sacristía general y dos viviendas para el párroco y el vicario. Las instalaciones, proyectadas hace más de un lustro y en obras durante año y medio, fueron bendecidas por el arzobispo Osoro el 13 de septiembre.

El párroco de la Santísima Cruz, José Canet, admitió ayer que la reforma hubiera sido "imposible" de asumir sin la ayuda económica de los kikos y destacó la "importancia" de la comunidad neocatecumenal en su parroquia.

La reestructuración de la diócesis de Valencia impulsada en junio por Osoro ha dado entrada como vicarios a dos seguidores del Camino Neocatecumenal. Por un lado, José Ramón Crespo, nuevo vicario para la zona sur de Valencia y que actualmente dirige la parroquia de Santo Tomás Apóstol y San Felipe Neri de Valencia, lugar de confluencia de la mayor parte de comunidades valencianas de kikos. El otro distinguido kiko elevado por Osoro es Rafael Reig, párroco de los Santos Juanes de Cullera y ahora vicario de La Ribera.