El escándalo de la adjudicación de subvenciones de cooperación a un entramado de ONG y el engorde de consultoras de sus dirigentes a cargo de esos fondos podría salpicar de lleno a uno de los proyectos bandera del conseller Rafael Blasco: el hospital proyectado en el sureste de Haití, al que la Generalitat piensa dedicar 3,8 millones. Aunque ese centro le ha generado ya este verano unas cuantas fotos al conseller —viajó a la isla el 30 de agosto— la construcción no está en marcha. Sobre el terreno. El proyecto, en los despachos, sí. Y en las cuentas bancarias, también.

Blasco lo encargó directamente a la Fundación Solidaria Entre Pueblos, la matriz del entramado regado con ayudas públicas, según se desprende del borrador del acta de la reunión que el pasado 3 de septiembre celebraron los miembros del Comité Permanente de Acción Humanitaria (CAHE), que ayer hizo pública el portavoz del PSPV en las Corts, Ángel Luna. El contenido del acta fue ratificado a este diario por fuentes del citado comité de acción humanitaria.

El documento revela que un miembro de Solidaria Entre Pueblos acompañó al director general de Cooperación, Josep Maria Felip, en viaje oficial a la isla—entre el 9 y el 16 de agosto— para preparar el proyecto con las autoridades locales y perfilar un visita posterior del conseller en la que se firmó el convenio con el Ministerio de Salud de Haití. El propio Felip explicó a los integrantes del CAHE la presencia del representante de Solidaria Entre Pueblos, entidad que había sido ya bendecida por Blasco para gestionar los 3,8 millones del proyecto, dinero que se consignará en los presupuestos de 2011. Es más, Felip explicó a los presentes que el Consell había ingresado en la cuenta de la fundación 177.779,19 euros procedente de las cuentas abiertas por la Generalitat para canalizar la ayuda ciudadana por el terremoto.

«Control de cuentas tapadera»

¿En esa reunión se informó de en qué concurso se seleccionó a la entidad que preside el piloto Alfonso Navarro? «La fundación acreditada ante el gobierno de Haití [Entre Pueblos]ha respondido al llamado de la Generalitat para cubrir todos los aspectos de esta intervención». «¿Cuándo, dónde se ha presentado, por ciencia infusa?», se preguntó ayer Luna en voz alta, además de denunciar que se conceda un proyecto de esta envergadura a una entidad que llevaba un año funcionando y no tenía experiencia en hospitales, según el PSPV. «Entre Pueblos controla las cuentas de las tapaderas», remató.

Como gestora de un proyecto en el que participan otras seis ONG, es fundación ya había designado como constructora del hospital a una firma de Miami llamada Orion. Luna expresó su extrañeza ante el hecho de que, según dijo, esta empresa es una «inmobiliaria que se dedica a gestionar inversiones en inmuebles de alto standing». La representante de la Fundación Bancaixa en el CAHE, Margarita Montañés, pidió a Felip referencias de Solidaria Entre Pueblos. Después puso objeciones al consejo que el jefe de área Marc Llinares dio sobre cómo tenían que hacer llegar el dinero a la fundación. Llinares, persona de la más estricta confianza de Blasco, había dado el número de cuenta de Entre Pueblos. «Posteriormente la fundación deberá justificar el gasto», zanjó.

Así explicaba el acta los reparos de la representante de Bancaixa: «Margarita Montañés insiste en que debe haber un paso previo en el que la Generalitat acredite a la fundación para poder disponer de estos fondos de los otros donantes, ya que no hay acuerdo formal o convenio por el que deban hacer el ingreso a esta Fundación». Porque no había encargo oficial.

Solidaridad y Ciudadanía se agarró ayer a la anomalía de elegir a dedo al gestor del proyecto para hacer de la necesidad virtud. «Aún no se ha adjudicado la construcción del hospital de Haití», dijo en una nota. La Generalitat defendió que el «proyecto tiene el visto bueno de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la organización mundial de la Salud (OMS)».

Pero se recalcó que los «3,8 millones no se han desembolsado a esa fundación ni a alguna otra entidad porque aún no figura en la propuesta de Presupuestos de la Generalitat para 2011». «Por tanto aún no está aprobado por el Consell, por lo que no puede adjudicarse sin consignación económica», concluyó el comunicado. Precisamente ese es el problema, según Luna y según venía a advertir la representante de Bancaixa. Que ha recibido hasta ingresos en cuenta sin haber sido seleccionada por concurso.

Orion edifica contra catástrofes

Varias fuentes de las seis ONG que intervienen en el proyecto de Haití avalaron la presencia de Entre Pueblos en el proyecto. «Actúa como gestora encargada de todos los trámites administrativos y técnicos, canaliza todos los fondos», explicaron. Respecto a la elección de Orion, de Miami, esas fuentes admitieron que tenían entendido que había sido seleccionada por la Generalitat por concurso.

En todo caso, defendieron que es una empresa con experiencia en edificaciones a prueba de huracanes y terremotos. En ese punto, desde la conselleria de Blasco subrayaron que Orion es solvente en la «contrucción de clínicas y hospitales modulares diseñados específicamente ante casos de catástrofes naturales».

Cyes pagó los pisos con cheques públicos de los proyectos de Nicaragua

Las pruebas están en el expediente aportado a la Fiscalía y fueron ayer divulgadas por Ángel Luna. La Fundación Cyes justificó parte de los 1,6 millones de los dos proyectos para Nicaragua (833.000 euros por plan) con la compra de dos pisos y dos plazas de garaje. Los cheques emitidos por la conselleria se corresponden, en su numeración, con los referidos en un listado (hasta gastos de notaría) aportado para justificar las subvenciones. Entre el 11 de septiembre y el 6 de octubre se emitieron los efectos de pago e ingresaron en la cuenta del BBVA habilitada por la fundación para los proyectos de Nicaragua. «Nadie ha demostrado que se haya devuelto nada», denunció Luna. Blasco mostró el otro día un papel sin cuño ni registro en el que un alto cargo daba por justificados los proyectos y por rechazados los gastos en inmuebles. Cyes presentó, según Blasco, facturas por 1,4 millones por proyecto, el doble de lo necesario.

Luna habla de tinglados por 32,3 millones y malversación

«Esta es la alabada y legendaria capacidad estratégica de Blasco. Esto se llama dinero público malversado». Así cerró ayer Ángel Luna su denuncia de todas las «tramas Blasco» —tres, casi una por conselleria que ha ocupado—, con una puesta en escena con aire docente. Luna paseaba, como si fuera un profesor de «blascología», ante tres grandes paneles de cartón pluma y explicando, inalámbrico en mano, los esquemas de los entramados urdidos en el mundo vecinal y asociativo, en torno a Favcova, en las adjudicaciones de Bienestar Social y en Cooperación.

En total, desde 2001, las «tramas Blasco» han generado un negocio de 32,3 millones en adjudicaciones, según peritaje socialista. 9,7 en las contratistas de Bienestar Social; 9,6 las ONG, fundaciones y empresas y 13 millones, el entramado de Favcova, desvelado en exclusiva por este periódico. Blasco, un animal político caracterizado «por el instinto de supervivencia en el poder», tiene un sello característico, un modus operandi que se repite, dijo.

El conseller detecta una parcela de la sociedad civil que el PP no controla y «crea un aparato paralelo». Después lo riega con subvenciones que acaban en buena parte «en bolsillos privados». Es uno de sus «objetivos», apuntó. Crear una red clientelar, que da votos al PP, le permite justificarse ante el partido y Camps, «el beneficiario principal de las tramas». Además, los alineados en esa red saben «que su supervivencia personal depende de estos vínculos políticos».

No acaban ahí los fines de Blasco con sus tramas. «Debilitar a la sociedad civil» y «manipular la competición política son otros objetivos», por ejemplo, al auspiciar el PSD, apuntó. Los tinglados de Blasco son más graves que Gürtel y es un entramado «genuinamente valenciano». Los diputados Antonio Torres y Francesc Signes, a los que se reconoció el trabajo de denuncia, asentían desde el público.