El Consell aprobó ayer el anteproyecto de ley de los presupuestos de la Generalitat de 2011, las últimas cuentas públicas de la legislatura con las que el Ejecutivo de Francisco Camps confía en sacar de la crisis a la Comunitat Valenciana para que crezca un 1,2% (una décima por debajo de la previsión de crecimiento para España) . El vicepresidente segundo y conseller de Economía, Gerardo Camps, explicó en rueda de prensa las líneas maestras de unas cuentas que frenan la inversión y que, por primera vez desde que el PP gobierna la Generalitat, decrecen. En concreto, el Gobierno valenciano dispondrá el año próximo de 13.714 millones, un 4,7% menos que en 2010. El proyecto económico contempla como novedad la venta de patrimonio público, una medida que constata la asfixia en la que encuentran las arcas autonómicas y que permite al Consell una fuente extraordinaria de ingresos para, al menos, cuadrar en el papel sus números.

Los presupuestos de 2011 nacerán constreñidos por un segundo plan de austeridad que obligará a tijeretazos de hasta el 15% en algunas partidas de gasto corriente y de hasta 30% en líneas de subvención, según el compromiso adquirido por el presidente de la Generalitat en el debate de política general y que ayer reiteró el vicepresidente de Economía.

Sin embargo, a tenor de los datos ofrecidos el ajuste presupuestario descansará, más que en los gastos de funcionamiento, en el capítulo de personal y en el de las inversiones. De hecho, ambas secciones de gasto son los que experimentan mayor descenso. El capítulo I, con el que se pagan las retribuciones del personal de la Administración valenciana, cae un 6% como consecuencia, según reconoció el vicepresidente, del recorte salarial a los funcionarios acordado por el Gobierno central antes del verano y de obligado cumplimiento para las comunidades autónomas. La nómina ya recortada de los empleados valencianos se congela en 2011. Como medida propia, el conseller avanzó que la congelación en la aplicación de la carrera profesional del personal al servicio del Consell se extenderá a los profesionales sanitarios que ya cobran este plus retributivo. No perderán el complemento, pero el año próximo no habrá nuevos beneficiarios ni reconocimientos de grado que dé derecho a mejoras retributivas.

Pero el bocado más importante se produce en los capítulos VI y VII, es decir, los que engloban el gasto en inversión directa e indirecta. El conseller habló de un descenso genérico del 11,9% sin detallar cual será el tijeretazo a la inversión directa del Ejecutivo. No obstante, matizó que fuera del presupuesto se contempla una inversión con cargo al endeudamiento de 625 millones de euros en obras del Plan Confianza. Si se tiene en cuenta esta dotación, dijo Camps, el recorte inversor se reduce al 0,25%. Aunque el Consell defiende con uñas y dientes las bondades de este plan para generar empleo, las oposición lo considera un programa "fantasma" cuyo grado de ejecución año tras año ha estado muy por debajo de las previsiones. También se preguntan por qué el Consell no lo refleja en los presupuestos. Si el plan confianza se incluyera en las cuentas el capítulo de gasto se dispararía y no habría descenso presupuestario con lo que se esfumaría la pretendida vocación de austeridad. Por su parte, el capítulo genérico de gastos de funcionamiento y el de transferencias corrientes caen un 3 y un 2,1% respectivamente, un descenso muy inferior al del conjunto del presupuesto y ello a pesar de los severos ajustes del segundo plan de saneamiento. Economía no facilitó datos sobre el presupuesto consolidado, el que engloba las empresas públicas, por lo que hasta que la semana que viene los presupuestos no sean llevados a las Corts no se sabrá hasta qué punto el Consell cumplirá su promesa de reducción en el sector público. Tampoco hubo mención a la anunciada reestructuración de la Administración. El capítulo de gasto más llamativo es el III, el que se destina afrontar el coste de la deuda. En 2011, el Consell tendrá que gastar un 16% más para afrontar los intereses de la deuda. En concreto, se destinarán más de 500 millones a este menester. La deuda seguirá siendo un pilar fundamental en los ingresos. La capacidad de endeudamiento para 2011 acordada con Madrid será de 1.321 millones de euros, mientras que el objetivo de déficit público se fija en un 1,5% del PIB. En materia de ingresos, el conseller sólo informó del descenso genérico del 0,6% en los ingresos corrientes. Especificó que los tributos propios caerán un 5% y denunció que las transferencias del Estado un 68% como consecuencia de la aplicación del nuevo modelo de financiación y la reducción de las entregas a cuenta.

El Consell aprobó también el proyecto de acompañamiento con el visto bueno del Comité Económico Social, que de nuevo le ha afeado la cantidad de normas modificadas. La cuentas de las crisis también servirán para dejar en un segundo plano la sesión de control al presidente del próximo jueves. Esa mañana el conseller desgranará las cifras del presupuesto.