El salón es como el interior de un silencioso castillo medieval. Hay elegantes estanterías de color caoba llenas de tochos jurídicos, lámparas rústicas y hasta una ballesta colgada sobre la puerta, todo un símbolo para alguien que ha consagrado su vida a perseguir hombres al margen de la ley. «No es de época, es artesanal, pero mi nieto ya me está pidiendo que le enseñe a tirar con ella», explica.

La casa desprende un aire señorial, grave, heráldico. En un rincón de la estancia, junto al ventanal, hay unos sillones de cuero con cojines de estilo africano alrededor de una especie de mesa redonda, artúrica. Al otro lado del cristal está el jardín.

Empezaremos por el principio...

Pues en 1960 me destinaron a Badajoz. Estuve allí año y medio y vine a Valencia, donde he hecho toda mi carrera. Por antigüedad, que no por otro mérito, llegué a ser teniente fiscal, es decir el segundo, y cuando se jubiló don Bernardino Ros pedimos la jefatura tres fiscales y me eligieron a mí. Estaba Lerma en el Gobierno autonómico, que es un gran amigo, dicho sea de paso.

Así que usted ha sido fiscal jefe con los socialistas y con los populares de Zaplana. Tiene su mérito...

El gobierno autonómico no tiene nada que ver. Nosotros dependemos del fiscal general del Estado y el fiscal general del Estado lo propone el ministro de Justicia, lo acuerda el Consejo de Ministros y lo nombra el Rey. De modo que no tiene nada que ver.

¿Cómo vive la situación política valenciana y nacional?

La vivo como un ciudadano más, pero sin entrar en ella. La ejerzo cuando me toca votar y nada más.

¿Qué le dice la palabra Gürtel, por ejemplo?

Ocurre una cosa: como jurista y como ciudadano tengo una norma que he seguido siempre y es no hablar de lo que no sé. Yo, para hablar del caso Gürtel, tendría que tener aquí el caso Gürtel, y como no lo tengo y me nutro de lo que dice un periódico y de lo que dice otro, y no me fio de ninguno de ellos, porque cada cual dice una cosa, pues no opino. La Justicia hará su cometido y nada más.

Ahora le pregunto al jurista: ¿Cree que aceptar trajes de una red mafiosa puede suponer un cohecho impropio?

Mire usted, yo le podría enseñar alguna cosa que tengo por aquí y que podría constituir un cohecho impropio (dice señalando hacia el salón de la casa). Porque cuando llegaban las Navidades, la alcaldesa mandaba un regalo a las autoridades y a mí uno de tantos. Y la Generalitat un libro o un plato de artesanías, y yo lo recibía en tanto que fiscal jefe, no como Enrique Beltrán. Yo no sé si algún día me llevarán ante los tribunales por haber recibido esto (sonríe). Desde luego, no era con contraprestación ninguna, era una cosa que suele hacerse así.

El cohecho impropio es una figura muy compleja. Es cuando se recibe por algo que se ha hecho o para que se haga algo. La ley no lo dice expresamente, pero el bien jurídico protegido, que es lo que decimos nosotros los juristas, es la regularidad o el buen uso de la función pública. Claro, yo no sé si esto es cohecho impropio. Primero que no sé si le han regalado o no. Él dice que no, que los ha pagado, según leo en la prensa. Y además, no creo que uno se ensucie por tres trajes. No sé si se los regalaron, los recibió o a lo mejor llegaron por los organismos de la Generalitat... Yo no lo sé. Así es que no me atrevo a opinar, ésa es la verdad.

¿Cree que un magistrado, cuando juzga, puede dejarse influir por sus amistades?

No sé la forma de pensar de cada uno. Pues es posible que le influya a la hora de decidir. Yo, entre la Escuela Judicial y la carrera, llevo casi 46 años y jamás he recibido ninguna insinuación de nadie. De nadie, absolutamente de nadie. Y he tenido asuntos muy complicados, algunos de ellos con jurisdicción en todo el territorio del Estado. Nunca he tenido ni tan siquiera una insinuación. Ni en esta época ni en la época de Franco. Jamás, jamás. Ni siquiera de mis jefes. Hemos podido tener una discrepancia de tipo técnico a la hora de despachar. Si la discrepancia subsistía después de la discusión no tenía más remedio que acatar lo que mi jefe ordenaba, lógicamente. No lo sé, puede que haya en dos o tres casos muy sonados, pero eso al lado de los miles de casos y dos mil y pico fiscales es una gota de agua en el mar. No conozco a nadie que le haya pasado. Ahora bien, lo que pase hoy no lo sé porque yo ya estoy fuera.

Lo último que se ha sabido es el caso de la red de las ONG vinculada al conseller Blasco. Por cierto, usted ya llevó una investigación contra él hace años...

Hubo un asunto que para mí fue una pequeña desdicha. No me gusta hacer ninguna acusación pero ésta menos. Todo aquello nacía de unas conversaciones telefónicas que en el momento que se ordenaron se ordenaron legalmente, pero después salió una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que exigía unos requisitos para la legalidad de las conferencias telefónicas y que hacía que éstas no fueran legales. Y por lo tanto el TSJ de Valencia las anuló.

¿Qué opina de Garzón? ¿No cree que hay una caza de brujas contra él por haber autorizado las escuchas del caso Gürtel?

Para mí Garzón es un amigo, aunque haga 10 o 12 años que no nos vemos. Tuvimos comunicación porque es un gran aficionado a los toros y venía a Valencia en Fallas. De las tres acusaciones que le han hecho, una se ha admitido por las conversaciones entre los procesados y los amigos de éstos en la cárcel.

La ley es tajante, no se pueden interferir esas conversaciones privadas. Tengo que decir que los dos magistrados ponentes que han admitido a trámite esta acusación son modélicos y uno incluso es de izquierdas. ¿Qué quiere que le diga? Si lo ha dicho el juez hay que aceptarlo, pero ya le digo que desconozco el asunto. No creo que haya caza de brujas.

¿Y tampoco por haber investigado los crímenes del franquismo?

En ese caso Garzón parece que asumió competencias que no le correspondían. El fiscal alegó que no era competente y él siguió conociendo del asunto.

Pero convendrá conmigo que un partido antidemocrático como Falange no puede tener cobertura legal...

Desconozco si se considera una organización democrática o no. Tendría que haber un pronunciamiento legal sobre si lo es. ¿Existe ese pronunciamiento? Pues lo que no está prohibido está permitido.

En esto de la memoria histórica, ¿es partidario de llegar al fondo de la verdad o de pasar página?

Le diré una cosa. Mi padre fue asesinado en la guerra por un piquete de las FAI. A la hermana de mi padre también la mataron y todo esto fue algo que me marcó mucho. Entonces mi madre me dijo que me olvidara. Y yo le hice caso. Ahora parece que quieren que lo vuelva a recordar y no me da la gana.

¿Qué opina del caso Fabra?

Insisto en que aquello que no conozco no es objeto de conocimiento. Conozco bien a Carlos Fabra. Castellón es pequeño y todo el mundo se conoce. Hace tiempo que no le veo, creo que ha sufrido una operación delicada. Prefiero no hablar de ese tema.

¿Cree que un político acusado de corrupción debe mantenerse en el cargo siete años?

La corrupción no es buena en general. Si el pueblo la tolera, allá el pueblo. Es posible que hubiera que acometer reformas en este tipo de delitos pero creo que endurecer las penas no es la solución. Siempre es mejor evitar la posibilidad de que se cometa el delito.

¿Qué hacemos con el Tribunal Constitucional?

Ojalá que los partidos políticos llegaran a un acuerdo, así el chantaje de los nacionalistas quedaría en nada. Dejando aparte esto, creo que el Tribunal Constitucional debería estar despolitizado. Me rechina y me duele oír que un miembro del TC es conservador o progresista. Me produce un espanto ver cómo un partido dice: «Me tocan cuatro magistrados». Pero en fin, desde la Restauración las cosas parece que funcionan de esta manera.

Marque una equis en la casilla que corresponda: la sentencia del Estatut ha sido positiva, negativa, no sabe no contesta...

¿Qué Estatut?

El de Cataluña, claro...

No la he leído ni puedo opinar. A mí me gustaría que la gente dijera como yo: Soy ciudadano europeo, lo que supone ser español y ser de Almassora. Me gustaría que todos pensaran así y dejarnos de estos localismos de si yo soy más antiguo que tú o tengo más Historia que tú. Si Cataluña tuvo Els Usatges, Castilla tuvo Las Partidas. Pero parece que es difícil dejar a un lado la soberbia.

¿Cree que estamos ante el final de ETA?

No me fío. Debajo de la ovejita hay un lobo seguro. Si el ciudadano no se fía me extraña que el Gobierno se fíe de ellos y de Batasuna. ETA siempre ha empleado palabras ambiguas, en eso han sido maestros, pero en fin... ¿quién soy yo para opinar?

¿Dialogaría con los terroristas?

Se podría dialogar siempre que se cumplieran unas premisas básicas: primero que entregaran todas las armas; después que hicieran una manifestación pública de su deseo de dejar la lucha armada y de su rechazo a la violencia; y después deberían cumplirse las penas de aquellos presos que han sido juzgados y celebrarse los juicios pendientes. Entonces quizá podríamos empezar a hablar de diálogo. Ésa es mi opinión, pero ya le digo que yo no tengo ningún poder, sólo tengo algo de poder en mi familia y lo ejerzo poco.

Si estuviera en sus manos, ¿qué reforma acometería en la Administración de Justicia?

Mejoraría la formación y el proceso de nombramiento de los magistrados del Consejo General del Poder Judicial. Volvería a las primitivas normas para que sean los jueces los que intervengan en el nombramiento de los vocales. El Tribunal Constitucional está politizado a más no poder. La Justicia Civil y Social van bastante bien. La Contenciosa también va bien. Y en cuanto a la Penal modificaría la Ley del Jurado, que no me gusta nada, volvería a la vieja ley en la que a los jurados se les daba una serie de preguntas sobre el caso y los magistrados tomaban las decisiones. Con la ley actual los jurados dicen si el procesado es culpable o inocente y el juez no tienen nada más que hacer.

Perdone, pero tengo que preguntarle por el caso Alcàsser...

Ha sido lo peor de mi carrera. Porque había tres niñas asesinadas y por las edades de las víctimas. Creo que el caso terminó como tenía que terminar, con el juicio a los dos procesados. Uno de ellos, Antonio Anglés, está en situación de rebeldía y durante un tiempo todos los países de la ONU tenían una orden de busca y captura sobre él. Anglés fue el tercer delincuente más buscado del mundo. Hoy hay muchas teorías sobre su paradero: que si ha muerto, que si no...

¿Cree que hubo personas «importantes» implicadas?

En mi calificación dije claramente que el crimen lo cometieron Miguel Ricart, Anglés y posiblemente otros. El tribunal recogió mis palabras, lo cual demuestra que no estábamos tan obcecados, como decían algunos, con que sólo participaron dos personas. En algunos momentos he dudado si habría algún implicado más, pero siempre he creído que tendría que ser algún delincuente común, no sé, alguno de los hermanos de Anglés, aunque no hay pruebas de eso. Pero de ninguna manera alguien poderoso como se decía. Aquello fue la idea descabellada de un padre que llevado por el dolor inmenso de haber perdido a su hija expresó cosas que no eran reales. Yo estuve durante 43 días soportando lo que este señor y su colaborador, el sedicente criminólogo, decían de mí en Canal 9 y en un canal de Madrid. En Madrid cortaban cuando hacían valoraciones sobre mi persona pero en la televisión valenciana no había día en que no se me imputaran cosas delictivas. Si hubiera salido yo a la palestra en aquel momento hubiera tenido que dejar el caso de forma inmediata. Estaba amordazado por la ley. Entonces cogí todo aquel material, se lo llevé al teniente fiscal y le dije: «Procede si ves que hay algo». Él pensó que había indicios de calumnias e injurias contra mí, contra el juez de instrucción y contra la policía y la cosa siguió su proceso en el juzgado.

Aquello se convirtió en un circo mediático...

Esta gente llegó a insinuar que el juez de instrucción se había marchado avergonzado de la instrucción del sumario cuando lo que pasó es que ¡fue ascendido de juez a magistrado y tuvo que dejar el caso!

Llegaron a asegurar hasta que el señor Corcuera me decía lo que tenía que hacer...

¿Cuántas noches ha soñado con localizar y capturar a Antonio Anglés?

Anglés ha sido una obsesión en mi carrera. Con dos millones de pesetas que le cogió a su madre llegó a Lisboa, donde le dieron documentación. Después subió a un barco, el City of Plymouth, hasta Irlanda. Y no se supo más. Hay quien dice que murió al arrojarse al mar. Otros que fue a Brasil y que incluso se cambió de sexo... Fue el asunto de mayor gravedad en mi carrera, no el peor. Fue la juventud de las víctimas lo que lo hizo tan terrible. A Anglés ya no se le busca hoy como se le buscaba antes.

El caso seguirá abierto hasta que prescriba, supongo. ¿Cuándo? La ley dice que a los 20 años ¿no?

«Lo de ser fiscal no fue vocación de pequeño, fue naciendo poco a poco»

¿Cómo empezó su carrera judicial?

Cuando acabé el bachillerato no estaba muy seguro de qué debía hacer. Estaba seguro de lo que no debía hacer, que era toda la rama de ciencias que no me iba. Me incliné por Derecho y acerté, porque a medida que iba estudiando la carrera me iba gustando. Empecé a preparar judicatura y me dije: «Me va más ser fiscal». No es una vocación de pequeño, sino que fue poco a poco y ahora estoy muy satisfecho. Mi padre era abogado y un hermano de mi padre era diplomático y murió en el año 1960 siendo embajador de España en Nicaragua.

Y ahora da clases universitarias...

Me llamaron de la UNED para que impartiera diez charlas sobre Familia y Sucesiones y yo encantado de la vida.

Y además ha escrito algunos libros...

Bueno, he escrito mi doctorado, que es el «Hurto de hallazgo», pasando por otros libros de tipo jurídico. También he escrito sobre Santa Quiteria y un librito sobre los juegos a los que jugábamos cuando éramos pequeños, aquí en Almassora.