Los aficionados a recoger setas empiezan a ser legión y no todos se echan al monte con el manual de micología bajo el brazo. De hecho, no es extraño ver a quien escarba con rastrillos e incluso azadas la tierra en busca de los preciados robellones. Para atajar esas malas costumbres y otras como la recolección a destajo de setas, que castigan el suelo boscoso, los expertos en micología reclaman una mayor vigilancia de los bosques.

Miguel A. Vigo, de la Sociedad Valenciana de Micología, reconoció ayer que urge una regulación más estricta. Aceptó que el carné de boletaire, que ya se exige en municipios de Teruel, Cuenca o Madrid y que Cataluña también estudia implantar, sería una solución para evitar los abusos en la recogida de setas. "También sería conveniente que los ayuntamientos tomaran medidas y, al igual que hay cotos de caza y pesca, crearan cotos de setas", planteó este experto.

Falta de vigilancia

Mientras participaba en unas jornadas de micología en Utiel, el experto, en conversación telefónica con este diario, advirtió de que la Comunitat Valenciana se está quedando atrás en la protección de los montes donde abundan los robellones y hongos. Indicó que el problema principal es que no hay vigilancia y los bosques son terreno abonado para los desmanes. "Hay gente que viene con tiendas de campaña y arrasa con todo. A veces recogen tanta cantidad que ni siquiera pueden vender todas las setas porque se les estropean", denuncia.

Incluso en los parques naturales la vigilancia suele ser escasa los fines de semana, que es cuando los aficionados se echan al monte en busca de setas. Esta temporada ya se ha visto a personas con rastrillos en parajes protegidos como la Plana del Montgó, en los términos de Xàbia y Dénia.

La actividad micológica en la Comunitat Valenciana está regulada por una orden del 16 de septiembre de 1996 de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente. Recoge la prohibición de remover el suelo forestal con hoces, rastrillos, escardillos o azadas. Además, establece en seis kilos la cantidad máxima de setas y hongos que una persona puede recolectar al día. Otra exigencia es la de transportar las setas en cestas de mimbre, paja o caña para permitir la expansión de las esporas.

Pero la norma, como advierten los micólogos, de poco sirve si no hay vigilancia en los montes. La orden plantea que los propios ayuntamientos puedan regular mediante ordenanzas municipales la recolección de temporada de los robellones y hongos.

Hallan 300 variedades de seta en Morella

Morella es el paraíso soñado por los micólogos. Expertos de toda Europa han participado en unas jornadas de micología del Mediterráneo que se clausuraron ayer en la capital de Els Ports. Estos expertos han analizado unas 300 variedades de setas que han hallado en el término municipal de Morella.

Entre ellas, hay "especies muy interesantes, ya que, a falta de determinarlas, podríamos hablar de una variedad nueva para la ciencia y de numerosas variedades nunca citadas en la Comunitat Valenciana y en la Península Ibérica", afirmó el presidente de la Sociedad Micológica Valenciana (Somival), José Álvarez.

El presidente de Somival también desveló que "otra de las conclusiones importantes de estas jornadas, es que han vuelto a aparecer escasos ejemplares del Cortinarius Murellensis muy localizados".

Esta especie fue descubierta para la ciencia en un congreso sobre los cortinarios que se celebró en Morella en 2005. Por ello, se le bautizó con el nombre de esta ciudad.

Además de esta especie, Álvarez destacó otras encontradas en estos montes como el Lycoperdon maginatum, Cortinarius splendificus, Cortinarius gracilior, Cortinarius lilacinuvelatus o Rugosomyces onychinus.

Las jornadas se clausuraron ayer, pero oficialmente no se han dado por finalizadas. Los expertos tienen trabajo por delante, dado que ahora deben analizar en profundidad las variedades encontradas. El resultado de esas investigaciones podría hacerse público en el plazo de un año.