Primera visita del superior general de los jesuitas, Adolfo Nicolás, a Valencia, para participar en los actos organizados con motivo del quinto centenario del nacimiento de Sant Francesc de Borja, tercer superior general de la Orden. Con tal circunstancia, acude al Colegio de San José e imparte hoy una conferencia con el título "En el corazón de la misión". Se recuerda cuando, en 1973, con Manuel Ríos, como presidente de la asociación de antiguos alumnos del citado colegio, visitó Valencia, como superior general, Pedro Arrupe, con motivo del congreso europeo, hablando de "la acción a favor de la justicia y la participación en la transformación del mundo como dimensión constitutiva de la predicación del Evangelio, es decir, la misión de la Iglesia para la redención del género humano y la liberación de toda situación opresiva" lo que tuvo, en nuestra ciudad, una notable repercusión social.

Ahora nos visita Adolfo Nicolás con una trayectoria similar a la de Pedro Arrupe, con una labor evangelizadora de 44 años, en Asia, y una visión omnicomprensiva de los problemas del mundo. Fue elegido en la XXXV Congregación General por 217 jesuitas de los cinco continentes, reunidos en Roma en enero de 2008, y en su primera homilía se expresó de la siguiente manera: "Hoy estamos aquí todas las naciones representadas, pero quizá existen otras 'naciones', otras comunidades, no geográficas, sino humanas, que reclaman nuestra asistencia: los pobres, los marginados, los excluidos. Oremos todos juntos por este sentido de misión de la Iglesia, para que sea a favor de las 'naciones', no de nosotros mismos". Palabras que señalan un claro compromiso en favor de los más necesitados.

En la citada Congregación General -a modo de Concilio de la Orden- se abordaron entre otros temas, el gobierno de la Compañía, la actual acción evangelizadora, la formación de los jóvenes jesuitas y la colaboración con los laicos. En este punto cabe cuestionarse, qué papel tienen hoy los laicos para colaborar con los cerca de veinte mil jesuitas esparcidos por todo el mundo, desde San Francisco Javier, con tradicionales tareas evangélicas e indudable labor en favor del desarrollo de los pueblos. En Valencia, este mismo año, los antiguos alumnos del Colegio de San José hicieron pública su posición, en línea coincidente con la del superior general, haciendo entrega de la máxima distinción, Auras, de la asociación, al teólogo José Ignacio González-Faus, y a sus compañeros jesuitas de la promoción de 1950, Casanova, Colomer, López, Moragues, Pérez y Salat, como testimonio de gratitud y homenaje por su destacada actitud, entrega, esfuerzo y trabajo, para hacer nuestra sociedad más habitable, próspera y justa.

Esta también fue la línea, del Congreso Mundial celebrado en Calcuta, expresada con palabras del antiguo alumno, Rabindranath Tagore, "donde la mente carece de miedo y la cabeza se mantiene erguida". No cabe tener miedo cuando se está en una situación privilegiada con respecto a quienes padecen la opresión, y no podemos agachar la cabeza cuando tenemos la responsabilidad de alzar la voz por quienes no pueden hacerlo. De esta forma, entendimos muchos, que esto también estaba entre lo que aprendimos del corazón de la misión de los jesuitas.