Las víctimas de los primeros presupuestos de la Generalitat que decrecen desde que el PP gobierna tienen nombres y apellidos. Aunque ninguno de los catorce miembros del Ejecutivo valenciano se ha salvado del ajuste, unos tendrán más dificultades que otros para hacer méritos en el último año de la legislatura. Las Conselleries de Infraestructuras y Medio Ambiente, los departamentos supuestamente inversores, pierden un 26 y un 22%, repectivamente. El tijeretazo tiene efectos concretos en programas dedicados a la gestión en áreas tan importantes como la vivienda, el urbanismo, las carreteras o el agua. La sangría en los departamentos de Mario Flores y Juan Cotino —que ya sufrieron importantes recortes en el presupuesto de 2010— se evidencia en el capítulo de inversiones. Infraestructuras y Transporte pierde un 35% de fondos para obras, ya sea directas o indirectas. Por su parte, la Conselleria de Medio Ambiente, Urbanismo y Vivienda recibe un zarpazo importante en sus capítulos VI y VII al perder más de 60 millones de euros.

También el departamento de Cultura es uno de los principales sacrificados en tiempos de crisis. El área que dirige Trinidad Miró, que ya sufrió un recorte importante el año pasado, se queda con 160 millones, un 18% menos de lo que disponía este año para promocionar la cultura, la lectura o los museos. El cuarto lugar del ránking de sufridores lo ocupa el conseller Rafael Blasco, cuyo departamento pierde un 16% y se queda con 82 millones de euros para sus políticas de Participación y Ciudadanía. Si con el presupuesto de 2010 el Tercer Mundo ya tuvo que decir adiós al 0,7% (el porcentaje que los gobiernos deberían dedicar a la ayuda al desarrollo), en 2011 el ajuste no sólo se mantiene, sino que se agudiza. En concreto, el programa de Cooperación al Desarrollo pierde un 30%. Eso sí Blasco ha aumentado el capítulo de subvenciones para las ONG y ha centrado el recorte en las inversiones.

En pleno escándalo por la gestión de las ayudas al Tercer Mundo, el presupuesto de Blasco incluye como beneficiarios concretos de los «planes estratégicos de intervención y programas multilaterales» a varias ONG que forman parte del entramado destapado por Levante-EMV. En concreto, aparecen ayudas a Ceiba y Fudersa por 625.000 euros. También se subvenciona a Esperanza Sin Fronteras. Estas ONG recibieron ayudas de la conselleria después de haber sido asesoradas por la Fundación Entre Pueblos, la matriz de trama. Además, facturaron servicios a empresas vinculadas a Entre Pueblos.

Las conselleries sociales —Sanidad, Educación y Bienestar Social— son la que menos sufren el impacto del recorte, lo que no les libra de tijeretazos en muchos de sus programas. Y es que la crisis, llega incluso a actuaciones que en su momento fueron emblema de la Administración popular. Así, por ejemplo, la conselleria de Manuel Cervera reduce la aportación a la sanidad privada en el conocido como plan de choque para las listas de espera. Los 273 millones de euros consignados para Prestaciones Externas se reducirán a 245 el año próximo.

Por otro lado, en un gesto por el control del gasto, el Consell recorta la subvención a los partidos políticos. La línea dotada con 3,1 millones de euros se queda en 2, 2 millones. Sin embargo, la rebaja queda compensada por los 900.000 euros que se consignan repartirán para gastos electorales.

El fondo municipal para financiar a los ayuntamientos parte con 5 millones

El tan esperado Fondo de Cooperación Municipal de la Generalitat para contribuir a la financiación de los gastos corrientes de los ayuntamientos arrancará en 2011 con una dotación irrisoria, tan sólo 5 millones incluidos en el presupuesto de la Conselleria de Solidaridad y que conforman el llamado «fondo incondicionado». Es decir, el dinero que trasfiere el Consell a los municipios para que lo gasten como deseen. Con esa suma, los ayuntamientos saldrán a un euro por vecino. Sin embargo, el Ejecutivo ha creado otro fondo, al que define como «condicionado» y que refleja las actuaciones ya iniciadas en las diferentes líneas presupuestarias con destinado a determinados municipios. El segundo fondo suma 200 millones. La diferencia es que éste dinero lo reparte el Consell como quiere mientras el fondo incondicionado se distribuye con criterios objetivos, sin mirar colores políticos. En total, el Consell maneja una dotación de más de 200 millones. Según fuentes del Ejecutivo, a medida que se finalicen estas actuaciones, el fondo «incondicionado» irá engordando.

Por otro lado, la Conselleria de Solidaridad, que dirige Rafael Blasco, ha optado finalmente por que el fondo incondicionado se reparta entre todos los ayuntamientos sin excluir a las grandes ciudades. Eso sí, se fijan tramos para primar a los pequeños. Así, los ayuntamientos hasta 500 habitantes recibirán como mínimo 4.000 euros. Un borrador anterior preveía dejar fuera del reparto a los ayuntamientos de más de 75.000 habitantes.