El 29 de enero de 2003 se presentó en Valencia la propuesta para recuperar la muralla musulmana en el Barrio del Carmen. La iniciativa aspiraba a "aislar y rehabilitar" 76 metros del sistema defensivo mediante el vaciado interior de varias manzanas con una inversión de 46 millones de euros. El proyecto obligaba a expropiar 101 viviendas habitadas y 44 locales mediante una "intervención delicada de cirugía urbana". El eufemismo no convenció a los afectados que iniciaron una intensa campaña de protestas.

Tras las elecciones de 2003, la Conselleria de Infraestructuras, con Fernando Mut al frente de la dirección General de Arquitectura, y el Ayuntamiento de Valencia, aceptaron un plan alternativo sin derribos ni realojos que presentaron los vecinos, en febrero de 2004. El plan preveía inicialmente derribar 300 viviendas para dejar a la vista 136 metros del lienzo de la muralla (ahora son visitables 60). Finalmente se consensuó derribar sólo tres edificios. La nueva alternativa aprobada consistió en crear pasajes arqueológicos en los patios interiores donde se conservan algunos torreones y la muralla del siglo XI. El proyecto urbanístico del entorno de la muralla [la modificación del llamado Pepri (Plan Especial de Protección y Reforma Interior) redactado en 1992] está aprobado definitivamente desde enero de 2006. Para desarrollarlo en detalle, la Oficina Riva (Rehabilitación Integral de Valencia) encargó a cinco equipos de arquitectos de renombre que desarrollaran las cuatro manzanas o unidades de actuación del Pepri del Carmen en el entorno de la muralla.

Entre los elegidos estaba el equipo formado por los arquitectos Carmel Gradolí, Arturo Sanz y Helge Hansen. Los tres se encargaron de elaborar el "Estudio para la reintegración del sistema defensivo islámico" y de desarrollar, a nivel de anteproyecto, la unidad de ejecución número 7 del Pepri del Carmen (la que tiene el torreón aún habitado en el entorno de la calle En Borràs y la Plaza Beneyto y Coll).

El estudio redactado por Gradolí, Sanz y Hansen es el que ha logrado una mención especial en la categoría de investigación de los Premios Europa Nostra, que les entregará la propia Reina Doña Sofía en unas semanas. Los premios Europa Nostra son los galardones que se conceden a nivel europeo por la asociación del mismo nombre que se encarga de velar por la conservación del patrimonio cultural europeo. "Es la ironía que envuelve tantos proyectos. En Europa nos premian y, aquí, el proyecto se guarda en un cajón", se lamentaba esta semana a Levante-EMV el arquitecto Carmel Gradolí.

El encargo que recibieron los tres arquitectos consistía en "resolver la contradicción entre la recuperación de los restos del sistema defensivo y la conservación de la trama urbana actual de la ciudad". Los planes redactados para recuperar la muralla desde 1992 hasta 2003 proponían "aperturas que no sólo modificaban la trama urbana, sino que perjudicaban a sus habitantes al proponer el derribo de numerosas edificaciones". El nuevo plan en vigor es más respetuoso con las necesidades vecinales ( y la trama urbana actual) pero "no garantiza la adecuada recuperación de los valores del monumento". Para resolver esta "aparente contradicción hemos observado el callejero, las alineaciones interiores y la parcelación del barrio que muestran en sus líneas la traza del sistema defensivo que ha sido absorbido por la trama urbana actual" que "nunca hasta ahora ha sido plasmada gráfica o documentalmente", destacan los tres arquitectos en su estudio.

Tras recabar toda la información urbanística-patrimonial, gráfica y arqueológica del entorno de la muralla. "Una vez reconocidos los restos conservados, los hemos trasladado al planeamiento, y hemos comprobado que sus determinaciones no les afectan y tampoco impiden su recuperación". "Si las casas se han adaptado a la muralla a lo largo de diez siglos, ¿para que derribarlas? Se pueden conservar los restos de muralla y las viviendas que se han adaptado a ella", explica Carmel Gradolí. "Sólo hay que dotar de coherencia a los futuros proyectos públicos y privados que recuperen la muralla" y eso se consigue a través de un Plan Director que se esboza en el "Estudio para la reintegración del sistema defensivo islámico" de Gradolí, Sanz y Hansen. "Porque el sistema defensivo islámico no se limita a los restos conservados más fácilmente observables (todos pertenecen al lienzo) sino que consta de elementos lineales )foso, barbacana, liza, muro e intervallum) dispuestos en franjas concéntricas respecto del núcleo urbano protegido".

El Plan Director concreta propuestas para los trabajos de arqueología, para unificar modos de intervención en la muralla, "actuaciones de reurbanización para recuperar y hacer perceptible la continuidad del trazado del sistema defensivo" además de la propuesta para los espacios libres: las dos manzanas interiores, actualmente sin edificios donde "se propone excavar y recuperar los elementos del sistema defensivo a modo de parques arqueológicos".

Pero son propuestas que aún no han saltado del papel a la realidad. Desde la Conselleria de Infraestructuras, responsable de la Oficina Riva, recuerdan que la actuación en la muralla se ha incluido en las obras del Plan Confianza concedidas al Ayuntamiento de Valencia. La alcaldesa de Valencia aseguró, en abril de 2009, que se invertirían 10 millones de euros del Plan Confianza en la muralla árabe. Pero nada se sabe del asunto desde entonces.