El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) trabaja contra el crono para lograr que los problemas de asentamiento de vía detectados en el trazado a su paso por Requena y por Horcajada (Cuenca) no afecten a la inminente inauguración de la línea de alta velocidad Madrid-Comunitat Valenciana, prevista para el próximo 19 de diciembre.

Adif ha detectado ligeros hundimientos de la vía en el entorno de la estación de Requena-Utiel y en las proximidades del túnel de la Horcajada (Cuenca) que obligan a limitar la velocidad a 160 kilómetros a la hora en ambos tramos.

Fuentes próximas al proyecto admitieron la existencia de "asentamientos del terreno", "un fenómeno absolutamente normal", matizaron, que está siendo "corregido". Descartaron que se trate de problemas geológicos, más difíciles de resolver, que sí aparecieron en un talud de Seseña o similares a los que se detectaron en la LAV Madrid-Zaragoza-Barcelona y que llegaron a afectar a los plazos de entrega de la obra.

Según las fuentes, el rebaje detectado en los terraplenes es mínimo -entre 3 y 5 centímetros- y puede corregirse mediante la inyección de balasto con trenes especiales que baten la piedra y provocan el levantamiento de la vía. Ése ha sido el método empleado en la Estación de Requena-Utiel, donde ayer había desaparecido la señal que limitaba la velocidad a 160 kilómetros hora.

El objetivo de Renfe es lograr una velocidad comercial de 300 kilómetros a la hora, para lo que la línea debe permitir técnicamente la circulación a 330 km/h. Está previsto que los trenes hagan el recorrido directo Valencia-Madrid en una hora y 38 minutos.