Es presidente de Escola Valenciana, pero el problema del valenciano ya no está tanto en las aulas como en la calle.

Hay de todo. Escola Valenciana nació en las escuelas para fomentar la inmersión de los alumnos en el valenciano. Pero llegó un momento en que vimos que la lengua que estábamos enseñando en las escuelas debía estar viva en cualquier ámbito de la sociedad. Así lo manda el Estatut y la Llei d´Ús. Valenciano y castellano son lenguas cooficiales y las personas de esta comunidad deberían ser bilingües antes que multilingües. Hemos de conseguir que los ciudadanos sean competentes en valenciano y castellano, antes que en inglés o chino. Y como eso no está pasando, lo hemos de intentar.

¿Cómo se ha de mejorar el uso del valenciano en la escuela?

El alumnado de este país está participando en un 25% de los programas de inmersión lingüística en valenciano. El resto, no. Si en 25 años hemos conseguido esto, necesitaremos cien años para normalizar este país. Pero la Conselleria de Educación no decide generalizar esos programas de enseñanza en valenciano. No, busca el multilingüismo y potenciar el inglés. Nosotros queremos que se aprendan otras lenguas, pero por orden. Y la primera es el valenciano. ¡La primera, siempre, el valenciano! Por ello nuestro objetivo es que se generalicen los programas de inmersión lingüística. Por eso estamos abiertos al diálogo.

La falta de líneas en valenciano impide a 95.000 alumnos estudiar en valenciano cuando pasan de primaria a la ESO…

Sí. Para cambiarlo, hay que introducir en la función pública el requisito lingüístico, que sí se exige a los maestros de primaria pero no a los docentes de secundaria, en contra de lo que pide la Llei d´Ús. También está por hacer la catalogación lingüística de las plazas docentes en secundaria.

En la ciudad de Valencia, el 90% de habitantes dice que habla «poco o nada» en valenciano. ¿Está perdido el «cap i casal»?

No. El valenciano está vivo en Valencia, aunque la gente, por costumbre, no lo saca a la calle. Pero está ahí. Así que nada está perdido.

¿Qué responde a quienes sostienen que los inmigrantes ya tienen suficientes dificultades como para sumar el aprendizaje del valenciano en las aulas?

Que el castellano ya lo aprenderán en la calle o la televisión sin necesidad de que se lo enseñen. Por eso hay que cuidar el valenciano. El valenciano es un niño al que hay que cuidar porque todavía ha de crecer.

¿Crecer hasta dónde?

Hasta que esté en igualdad con la otra lengua. Cuando uno pueda usar el valenciano en cualquier ámbito de la vida diaria sin toparse con el «no te entiendo», habremos alcanzado la meta.

¿Cuánto tiempo se necesita?

Esto es un camino muy largo y hay muchos obstáculos por delante. Nosotros estamos abiertos al diálogo, pero los que gobiernan son los que deciden. Y esas decisiones no están contrastadas con los estudios lingüísticos de todo el mundo. Cuando se quiere recuperar una lengua que está en contacto con otras más fuertes, hay que cuidar más a la lengua pequeña. Y aquí la pequeña sigue siendo el valenciano.

¿A quién dirigiría el grito de Jaume I de «Vergonya, cavallers, vergonya!» para exigir dignidad con el valenciano?

Ese grito nos recuerda que en 1707 hubo una batalla que se perdió, que provocó la entrada de gente de otras partes del Estado, y que dejó al valenciano muy reducido. Ese grito está dirigido a las personas que no aprecian el valenciano.

¿Pero usted a quién lo dirigiría?

A quienes no aprecian el valenciano, a los que no hacen nada por promocionar su uso social, a quienes no lo hablan en la vida diaria… Nosotros no estamos en contra de ningún partido político o de ninguna persona que contribuya a potenciar el valenciano. Estamos en contra de quienes ponen obstáculos a la promoción y al uso social del valenciano. Pero no tenemos ningún problema con una persona u otra.

Le pido su opinión sobre Camps y Font de Mora

Yo no estoy en situación de contestar a eso.

¿No está en situación de valorar la gestión que han hecho respecto al valenciano?

No. Me preguntas cosas que no tocan para la entrevista de hoy. Pon no sabe/no contesta.

Deduzco que quiere reducir el nivel de enfrentamiento, porque con Diego Gómez la política de tierra quemada con el Consell era muy clara…

A ver, nosotros lo tenemos claro. Vamos a seguir defendiendo la promoción del valenciano. Y cuando el conseller recorta del valenciano en favor del chino, lo criticamos. Y no nos parece correcto que no generalicen los programas educativos de incorporación progresiva al valenciano y las líneas en valenciano. Y tampoco es correcto obstaculizar el uso social del valenciano. Y ante ello, presentaremos la queja, la denuncia, la querella o lo que haga falta.

En 25 años han pasado de 4.000 a 200.000 participantes en les Trobades. ¿Cree que, más allá de la lengua, Escola Valenciana es el referente del valencianismo cívico?

Hombre, eso no lo tendría que decir yo. Pero consideramos que somos un referente importante. Esto es una semilla que plantamos hace 25 años y que ha ido creciendo. Ja vorem com va la collita! Eso sí: vamos a seguir sembrando

¿Y cree que la «collita» d´Escola ya supera a la de Acció Cultural?

Acció Cultural es un colectivo muy importante y muy respetado que lucha por el valenciano desde hace muchos años. Y vamos a seguir caminando juntos. Hemos de coordinarnos lo que haga falta para dinamizar la lengua.

Es excesiva la dispersión de grupos que defienden la lengua?

Todos luchan por la misma causa y se creen la lucha por el valenciano. Sólo hay que coordinar esfuerzos y, en algunas situaciones, ir juntos.

¿Qué objetivo personal se marca para estos cuatro años?

Que mejore el status del valenciano y, a nivel interno, sacar adelante los proyectos que tenemos en marcha, que son muchos. Les Trobades, la Gira, el Sambori, el Cinema en Valencià, el Voluntariat, las campañas de matriculación… Mantener ese ritmo ya será un reto.

¿A la salud del valenciano le conviene un cambio político en la Generalitat dentro de seis meses?

¡Eso conviene a la salud de toda la sociedad! Pero no soy yo quien tiene que decidir eso. Sólo pediría a la ciudadanía que participara en las elecciones. Si no, que no proteste.

Más moderado y menos presidencialista

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Al mediático Diego Gómez, que siempre buscaba la frase ingeniosa (el conseller de Educación, Alejandro Font de Mora, era «el picudo rojo del valenciano» con su «Política Lingüística de Exterminio de la lengua propia») le sucede Vicent Moreno, que en sus inicios parece presagiar un tono dialéctico más moderado y un perfil menos presidencialista para Escola Valenciana. En la asamblea de ayer, celebrada en Alicante, Moreno destacó los «frutos excelentes» del trabajo de Diego Gómez en los últimos ocho años y alabó el papel de los anteriores presidentes: Josep Charqués, Carme Miquel y Vicent Romans. Pero el borrador de organigrama que ayer presentó contempla la designación de más portavoces de la entidad que estén en un primer plano y de forma más habitual aparte del presidente. De hecho, y como gran novedad, prevé la creación de tres vicepresidencias todavía sin nombres.

Tres décadas como maestro

Vicent Moreno es licenciado en Geografía e Historia y lleva tres décadas como maestro. Es coautor del proyecto D´Acord, el material de enseñanza de valenciano para los inmigrantes, y es presidente del colectivo Guaix en l´Horta Sud, integrado dentro de la federación de Escola Valenciana.