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"Señora Moreno, señora Moreno...lleva usted dos días que tela". Fue una de las llamadas al orden que hizo ayer la presidenta de las Corts, Milagrosa Martínez, a la diputada socialista Cristina Moreno. Minutos después, acabadas las preguntas de control, el presidente Camps abandonó el hemiciclo, con el lógico revuelo que acarrea su marcha. En el uso de la palabra estaba el diputado del PSPV, Antonio Torres. La presidenta, que ejerce un papel de árbitro, no pidió silencio.

La oposición está convencida de que el "villarato" o la "mano blanca" que, según barrio, se denuncia en el mundo del fútbol es una broma al lado del arbitraje de la presidenta de las Corts. Hartos, dicen, de soportar "hasta una veintena de llamadas al orden" por cada sesión parlamentaria, el socialista Manuel Mata impulsó una queja formal contra la segunda autoridad valenciana. La práctica totalidad de los diputados del PSPV, Compromís y EU la firmaron. Abusa y "frivoliza la llamada al orden, que, dicho sea de paso, no se aplica a sí misma, al jalear y aplaudir las intervenciones que le viene en gana", dice el duro comunicado de apenas quince líneas acompañado por las rúbricas.

Derecho a la defensa

En el manifiesto se insta a Milagrosa Martínez a que "limite las llamadas al orden a los supuestos contemplados en el reglamento que realmente interfieran en el desarrollo de las sesiones". También le demandan en la queja presentada en la Mesa de las Corts que deje "constancia del motivo por el cual se llama al orden a un diputado" y, por último, se abunda en que estas actuaciones han de estar motivadas para "garantizar el derecho de los diputados a ejercer su derecho fundamental a la defensa con todas las garantías".