El expresidente del Gobierno valenciano con Unión de Centro Democrático (UCD) Enrique Monsonís ha augurado un triunfo del president de la Generalitat, Francisco Camps, en las próximas elecciones autonómicas, aunque ha advertido de que "toda la vida planeará sobre él una sombra".

En una entrevista que publica esta semana la revista El Temps, el presidente del gobierno preautonómico valenciano entre 1979 y 1982 asegura que Camps "vive aferrado al cargo" y que, aunque tiene "cierta inteligencia y sabe hablar y escuchar", ha "descuidado su vocabulario y las relaciones que ha tenido con unos y otros". "Pienso que en mayo volverá a ganar las elecciones pero toda la vida planeará sobre él una sombra", responde al ser preguntado por las sensaciones que le transmite el actual jefe del Consell, a la vez que asegura que si fuera él "se marcharía" y duda de si Camps merece el título de "Molt Honorable" que corresponde a su cargo. Respecto a la posibilidad de que la justicia pueda sentar a Camps como acusado antes de las elecciones, confiesa que no cree en la independencia de los poderes públicos y que ve "muy difícil que el poder judicial actúe contra el poder público".

Desvela que el expresident de la Generalitat Eduardo Zaplana le pidió "dos millones de pesetas" para presentarlo como cabeza de lista por la circunscripción de Alicante en las elecciones autonómicas de 1983. Para Monsonís, Camps "lo ha hecho menos mal" que Zaplana, a quien le movía "el interés personal" y quien, a su juicio, no fue encausado "porque no han querido", y se pregunta si "no había suficientes motivos en la época del caso Naseiro".

El expresidente, natural de Burriana, critica el déficit del Consell, recuerda que él también tuvo visita del Papa pero "a coste cero" y afirma que "los sobrecostes que superan el 10 o el 15% del presupuesto son comisiones". "Si yo hubiera durado quince años no tendríamos la Ciutat de les Arts porque no me habría gastado tanto dinero, pero en cambio, tendríamos la mitad de impuestos y unas carreteras y ferrocarriles eficientes", asegura.

Respecto al alcalde de Castellón, Alberto Fabra, le recrimina que "cuando un político está bien con todo el mundo, en realidad no es político" y sobre el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, recuerda que le quiso sobornar para que lo ascendiera en el partido. "No tengo buena opinión de él", señala y explica que quiso comprarlo con una parcela en Borriol. "Quiso comprarme y además, muy barato porque aquella parcela no valía ni tres millones de pesetas", afirma entre risas.