El portavoz socialista en las Corts, Ángel Luna, aseguró ayer a este periódico que quiere declarar "cuanto antes" en el TSJ para demostrar su inocencia y aclarar, dijo, que en ningún caso el empresario Enrique Ortiz le pagó las obras de reforma de su casa hace ahora trece años, tal como se asegura en la querella del PP por los supuestos delitos de cohecho y prevaricación. "Por mí que me citen cuanto antes", indicó, en las primeras declaraciones tras conocerse que el juez del TSJ está ultimando los trámites para citarlo como imputado. El socialista, en contra de lo que ha sido su norma hasta ahora, no compareció ayer en rueda de prensa. En su lugar, lo hizo el portavoz adjunto Joaquim Puig con el pretexto de un pacto sobre energías renovables, para poder responder a una rueda de prensa previa del PP.

El síndic del PSPV dijo tener "la conciencia muy tranquila". "Cuando alguien es imputado es porque hay alguien que le acusa y quien a mí me imputa es el PP", recalcó. En cambio, al presidente Camps, dijo, "lo acusan la Brigada de Blanqueo de Capitales, los Fiscales y algunos tribunales de España. A mí me acusa el PP y estoy imputado por la acusación del PP. Esta imputación no tiene más valor". Se mostró convencido de que si no hubiera "denunciado a Camps y a su Consell" por el caso Gürtel, no se vería "en esta situación".

El socialista, que no desea que el asunto, una vez declare ante el juez, se archive por prescripción (lo que daría pie al PP a insistir en las críticas), insistió en que "evidentemente pagó" esas obras, "en una casa que no es mía y que heredó la que hoy es mi mujer y que entonces ni siquiera lo era". "Es descabellado pensar que yo arreglé unas contrataciones unos años antes y que luego el empresario Enrique Ortiz me pagara el favor en una casa que no era mía y que yo no sabía si iba a terminar viviendo ahí", apuntó.

El líder del PSPV, Jorge Alarte, confirmó además que Luna "seguirá en su puesto y será el cabeza de lista a las Cortes por Alicante". Puig, por su parte, denunció que todo responde a una "operación de castigo" contra Luna, una "caza al hombre", por hacer sido "excesivamente tenaz en sus críticas a la corrupción generada por el PP", con el fin de "callarle la boca". "Es la 'operación parar a Luna', un artefacto de distracción de la opinión pública", advirtió.

A preguntas de los periodistas, el portavoz adjunto indicó que el ex secretario general del PSPV Joan Ignasi Pla "decidió dimitir" en su día tras las acusaciones de que un constructor había pagado parte de las obras de reforma de su casa aunque, en su opinión, "no hubiera tenido que dimitir". Negó que el PSPV aplique doble vara de medir respecto a las dimisiones de Amorós y Roque Moreno, aunque apuntó "si hay que pasarse, siempre es mejor en la asunción de responsabilidades que no llegar ni de lejos a planteárselas, como hace el PP".

Blasco afirma que el socialista ha sido "el cazador cazado"

El portavoz del PP en las Corts, Rafael Blasco, calificó ayer al síndico del PSPV, Ángel Luna, como "el cazador cazado" y sostuvo que, si los socialistas "aplicaran de una forma equilibrada y correcta los criterios que han presumido tener hacia otras personas", Luna "debería estar dimitido". El PP está "pendiente" de ver si el socialista renuncia, pero no le pedirá la dimisión. Una exigencia que, de usar el mismo rasero, podría volverse contra los populares ante la situación de Camps y otros cargos imputados. Para Blasco, Luna goza de la presunción de inocencia, pero está ahora "incapacitado para exigir a los demás lo que es incapaz de hacer por sí mismo". Para el popular, que rechazó hacer "juicios paralelos", el de Luna es "un caso único en España", y avanzó que, aunque el caso se archivara por el tiempo transcurrido, "Luna no dejaría de haber hecho algo sospechoso".