Tras seis meses de ausencia de agresiones a personas y sedes de partidos políticos y entidades cívicas valencianas, los vándalos intolerantes han vuelto a la escena. La sede de la agrupación socialista de l'Olivereta -una de las 17 que tiene este partido en Valencia- ha sido esta vez el objetivo. Unos desconocidos, que no dejaron rastro en forma de pintadas ni firma de su actuación, intentaron el lunes, sobre las 20 horas, prender fuego al local que el PSPV tiene alquilado desde hace un año en la calle Salvador Ferrandis Luna en la capital.

Los agresores introdujeron papel y cartón bañados en un líquido acelerante del fuego por la rendija habilitada en la persiana del bajo. Una vez quedaron depositados entre la puerta del local y la persiana, dejaron caer una bola de fuego que provocó el incendio, según relató a este diario el secretario de la agrupación, Vicent Sancho, a partir de los datos que recabaron sobre el terreno los agentes de la policía científica que se personaron ayer a primera hora para tomar huellas.

Una vecina del inmueble alertó al 112 al percatarse de las llamas y al lugar acudieron efectivos de la policía nacional y bomberos, que extinguieron el fuego. Las llamas hicieron estallar los cristales de la puerta, que quedó medio calcinada, lo mismo que la persiana de seguridad. El desagradable incidente podría haber revestido mayor gravedad de no ser porque inusualmente la puerta estaba cerrada y ayudó a que el fuego, localizado entre ésta y la persiana, fuera más fácil de ahogar.

Un bloque con 119 viviendas

"Normalmente dejamos la puerta semiabierta detrás de la persiana para cuando tiran las cartas y dado que todos los días abrimos, pero al haber puente decidimos cerrar hasta el jueves", relató ayer Sancho contrariado por lo ocurrido y poco antes de ir a presentar denuncia en comisaría de policía. Al igual que otros compañeros de la agrupación presentes, lamentó lo ocurrido, a la vez que se consolaba al pensar la tragedia que podría haber sucedido, dado que el bajo se encuentra en un bloque en el que hay 119 viviendas. "La policía nos ha comentado que el parqué sintético que pusimos prende una barbaridad", explicó. En algunos de los ataques anteriores a sedes socialistas o del Bloc, han aparecido las pintadas como la de "1707 Nació Valenciana", pero esta vez no hay rastro. Ni nadie del vecindario que haya visto nada.

El local lleva un año abierto, la vida que tiene esta agrupación resultante de la refundación del PSPV en la capital, y el logo fue pintado sobre la persiana hace diez días. Por lo que parece, el tiempo que tardaron los intolerantes en detectarla y actuar con una violencia que supone una vuelta de tuerca más sobre las clásicas pintadas.

Cuarenta agresiones y un par de detenidos

Unos cuarenta ataques en cinco años. Es el balance de la violencia política oficial, la denunciada, contra personas y sedes de partidos. De la diana de los violentos intolerantes nadie se ha librado, si bien con unos se han cebado más que con otros. Entre las acciones de mayor gravedad entre las perpetradas contra locales está la bomba casera que colocaron en el edificio que alberga a ERPV en Valencia. Las personas también han sufrido en sus carnes esas agresiones. Es el caso de una concejala del Bloc o militantes de Acció Cultural en Castelló, que fueron atacados con palos. Han sido contadas las detenciones. La de dos menores por pintar la sede central del PP en Valencia en octubre de 2008, ha sido un caso aislado.