Las consecuencias del Gordo de Navidad no se limitan al champán, las comilonas, el coche nuevo, el viaje y, si llega, la mudanza a una vivienda mejor. También hay algunos efectos soterrados, de corte psicológico, que afectan a la política. Así lo pone de relieve un estudio científico elaborado por los investigadores Manuel Bagüés (Universidad Carlos III) y Berta Esteve (York University). El trabajo universitario, utilizando datos del periodo 1986-2009, ha constatado que el partido político que ocupa el Gobierno central tiende a obtener en las siguientes Elecciones Generales más votos de lo normal en las provincias donde ha caído el Gordo durante los años de esa legislatura.

Mientras que en una provincia media el partido en el Gobierno pierde un 0,73% de los votos entre una elección y la siguiente, en las provincias que durante la legislatura en curso han sido agraciadas con el Gordo de Navidad se observa un incremento de votos para el partido en el Gobierno del 2,33%. Es decir, la lotería otorga un diferencial de más de tres puntos a la fuerza política dominante en Madrid.

Ejemplo de "voto económico"

"Este efecto es estadísticamente significativo y se observa tanto durante los mandatos del PP como en los del PSOE, aunque el efecto resulta un poco mayor cuando gobierna el PP", subrayan los autores de la investigación. Bagüés y Esteve relacionan el hecho con el llamado voto económico. Es decir, cuando los gobernantes obtienen más o menos respaldo electoral en función de la coyuntura económica fruto, tal vez, de una gestión de gobierno más o menos eficaz.

¿Pero funciona de este modo en la lotería? "En el caso de la Lotería de Navidad (...), los votantes saben que el Gobierno no tiene influencia alguna sobre los premios de lotería por lo que no deberían, ni correcta ni incorrectamente, atribuirle la responsabilidad del premio. Además, el análisis de los sondeos del CIS indica que, aunque en las provincias ganadoras aumenta el apoyo electoral al partido en el gobierno, los ciudadanos de estas provincias ni valoran más la gestión del Ejecutivo, ni son más optimistas respecto a la situación económica o política de España", añaden, apoyándose en la batería de datos correspondiente.

Así pues, apuntan, la razón debe hallarse en una causa alternativa. Y los investigadores adelantan dos posibles razones exógenas. La primera: "Quizás, en las provincias premiadas, los votantes, al sentirse más felices, tienden a mostrarse más benévolos con el partido gobernante. Esta interpretación sería acorde con algunos estudios que muestran que en Estados Unidos el partido gobernante tiende a recibir más votos de aquellos votantes cuyo equipo preferido de fútbol americano ha ganado el partido previo a las elecciones". Y la segunda: "Podría ser que el premio aumente la preferencia hacia el status quo". En definitiva: mantienen el voto al partido en el poder o bien porque la felicidad temporal adormece la capacidad crítica, o porque, como dice el conservador refrán, qui estiga bé, que no es menege.

Si seguimos la teoría de los dos investigadores, pues, habremos de esperar buenos resultados del PSOE en Barcelona, y también en Alicante, en las próximas Elecciones Generales de 2012.