Los tendidos eléctricos entrañan riesgos para las aves, en tanto que pueden sufrir choques contra los cables o recibir alguna descarga letal al posarse sobre ellos o sobre un poste. Se trata de un problema de difícil solución al 100%, ante la gran cantidad de líneas existentes -y su necesidad-, y dado que el animal siempre será vulnerable ante esta cuestión, sobre todo en el caso de los choques que se producen en pleno vuelo. No obstante, sí se han ido desarrollando a lo largo del tiempo medidas para prevenir, en la medida de lo posible, este tipo de accidentes, tanto desde la administración pública como por parte de los titulares de las líneas. El empleo de materiales aislantes en lugares donde se da una gran presencia de aves, o de sistemas que hagan más visibles los cables, son algunas de ellas.

En las áreas declaradas como Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), todas las precauciones posibles deben cumplirse al máximo. Para la articulación del resto del territorio, hay un Real Decreto de agosto del año 2008 que establece la aplicación de medidas específicas de protección en determinados puntos, como aquellos donde se estén realizando planes de recuperación y conservación de especies, o en los que se haya detectado una presencia importante de aves. En este último caso, corresponde a las comunidades autónomas la declaración de esas áreas, así como el desarrollo de las medidas concretas a llevar a cabo.

La Conselleria de Medio Ambiente ha estado elaborando durante los dos últimos años el catálogo de esas áreas que, sin ser específicamente ZEPA, sí cuentan con poblaciones importantes de aves. Finalmente, se han establecido 11 de estas zonas en toda la Comunitat, cuatro de ellas en la provincia de Alicante, recogidas en una resolución publicada el pasado 5 de noviembre en el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV). En todos los casos, se trata de espacios situados junto a lugares declarados como ZEPA, y en los que, por lo tanto, es manifiesta una presencia numerosa de aves. Además, algunos de estos territorios tienen una densidad de población importante, lo que implica una mayor cantidad de líneas eléctricas para atender a esa demanda, o bien son atravesados por varios tendidos. Así, se ha procedido a su catalogación, de manera que en ellos puedan aplicarse las mismas medidas de prevención de electrocuciones y choques que en los espacios naturales protegidos.

Las 11 áreas de protección de la avifauna que ha declarado la Conselleria de Medio Ambiente suman 89.242,1 hectáreas en total. En estas áreas prioritarias, aparte de en las ZEPA, la Dirección General de Gestión del Medio Natural debe llevar a cabo durante el próximo año un inventario de las líneas eléctricas aéreas de alta tensión existentes que provocan una "significativa y contrastada" mortalidad de aves. En este sentido, se prestará una especial atención a las especies que se encuentran amenazadas.