El cónclave que celebraron ayer los populares en Valencia sirvió para echar más leña al fuego abierto entre las filas socialistas sobre la posibilidad de que el exministro Antoni Asunción urdiera un plan con el PP para desestabilizar al PSPV.

El secretario general popular, Antonio Clemente, llegó a afirmar que consideraba "divertida" la acusación socialista de que altos cargos populares ofrecieran a Asunción ser conseller de Francisco Camps y atribuyó a una "paranoia política" de Blanquerías responsabilizar al PP de los "males que les ocurren entre sus filas". Clemente fue más allá y recomendó al PSPV "que se hagan mirar" su problema y llegó a alardear de la "humildad" del PP frente a la "soberbia" con la actúan los socialistas a los que llegó a vaticinar que están a punto de ser "un partido extraparlamentario".

El conseller Rafael Blasco, al que se apuntaba desde el PSPV como uno de los posibles urdidores de la maniobra, rechazó de plano esta opción alegando que esta acusación era "ridícula" y por ello "no le doy valor", sostuvo.

Blasco afirmó que consideraba "despreciable e impropio" de políticos democráticos hacer este tipo de manifestaciones de manera anónima y responsabilizó al secretario general de los socialistas, Jorge Alarte, de "crear ceremonias de confusión sobre el PP que sólo afectan a su partido". Sin embargo, añadió que no daba "crédito" a que este tipo de acusaciones vinieran desde las filas socialistas.