Comienza la caravana de la basura. La Diputación de Castelló cerró definitivamente este fin de semana el vertedero mancomunado de Vilafranca y ha comenzado a apilar las basuras que generan una veintena de pueblos de la zona norte de la provincia en un trailer para su próximo traslado hasta Xixona. Medio Ambiente reiteró ayer que los desechos urbanos irán durante un año a la planta alicantina, a pesar del rechazo del ayuntamiento de Xixona y del sector turronero. Su llegada podría producirse mañana, aunque de momento el consorcio de la zona 1 y la diputación guardan silencio. El alcalde de Xixona, Ferran Verdú, insistió ayer en que pondrá en marcha controles policiales periódicos en el vertedero para evitar que se sobrepase la capacidad máxima de tratamiento (ahora está al 66%).

La diputación ha procedido a la clausura del segundo vaso de residuos del vertedero de Vilafranca, que se inauguró hace poco más de dos años y que ha atendido a 21 de los 49 municipios de la zona norte de Castelló. A partir de ahora, los residuos de esta veintena de pueblos de Els Ports y l'Alt Maestrat se transportarán hasta Xixona. Próximamente le seguirán las basuras de los municipios con mayor población (Vinaròs y Benicarló), que esperan la puesta en marcha de una planta de transferencia en Benicarló, donde se concentrarán para su posterior traslado a Xixona. El envío se prolongará un año, hasta que esté finalizada la planta de Cervera. Medio Ambiente ha decidido llevar basuras de Castelló a Alicante ante su retraso en desarrollar el Plan Integral de Residuos Urbanos de 1997.

Los primeros 20 pueblos, con una baja densidad demográfica, generan escasa cantidad basura. Supondrán dos viajes semanales directos. El resto de poblaciones llevarán el grueso de las 50.000 toneladas que produce la zona norte de Castelló.