Los padres del niño de dos años muerto después de que le aplicaran en La Fe una dosis de quimioterapia diez veces superior a la que le correspondía rechazaron ayer una indemnización de 200.000 euros a cambio de una reducción de condena al médico y al farmacéutico acusados. La familia reclama que los dos acusados sean condenados a sendas penas de tres años de cárcel. La Fiscalía pide un año y medio por un delito de homicidio por imprudencia.

El juicio se inició ayer en la Ciudad de la Justicia, aunque los dos imputados declararán el próximo 28 de enero. Los padres explicaron que la aseguradora les ofreció 200.000 euros de indemnización -que es la que pide el fiscal-, pero los rechazaron porque quieren una condena ejemplar. "La indemnización no es lo importante para nosotros, pero sí queremos que paguen -con pena de cárcel- por lo que han hecho", advirtieron. En cualquier caso, la familia reclama una compensación de más de trescientos mil euros.

La presunta negligencia médica ocurrió en 2007. El pequeño Dariel Aldaz ingresó en La Fe en julio con un tumor de Wilms en el riñón, con metástasis pulmonar. Según el fiscal, los médicos apuntaron que el menor tenía una posibilidad de supervivencia del 70 por ciento. Los padres aseguraron ayer que el niño tenía una esperanza de vida del 95 por ciento.

El niño comenzó un tratamiento de quimioterapia que finalizó dos meses después. El 4 de septiembre, el oncólogo José María F. N. prescribió la dosis de quimioterapia de su puño y letra. Según recoge el escrito de acusación del fiscal, el imputado marcó una dosis de doxorrubicina de 165 miligramos cuando lo correcto habría sido 16,5, con lo que se le administró una cantidad diez veces superior.

El oncólogo remitió una copia calcada de la hoja de prescripción para su preparación al servicio de farmacia, donde el otro acusado, Juan Antonio C. M., debía verificar los datos del niño y ajustar la dosis. No obstante, presuntamente no realizó ninguna de las comprobaciones y validó la prescripción. La orden fue remitida electrónicamente al pabellón central, que elaboró la dosis indicada ya que no constaban los datos del paciente ni la hoja de prescripción.

Cuando el niño llegó a casa, tenía fiebre y vomitaba. El pequeño falleció al día siguiente. Según la acusación, el médico modificó la hoja de prescripción añadiendo de su puño y letra una coma en la cifra 165 para que constara 16,5. El doctor aseguró después que lo hizo porque se puso nervioso.

Derecho a la indemnización

El juicio arrancó ayer con una serie de cuestiones sobre qué hermanos de la víctima tienen derecho a la indemnización. La juez tenía intención de tomar declaración a los dos acusados, pero acordó suspender la vista por un asunto familiar grave de uno de los abogados defensores.

La familia y el fiscal reclaman que el médico y el farmacéutico no puedan ejercer su profesión por el mismo periodo que la condena. Además, la Conselleria de Sanidad figura como responsable civil subsidiaria.