Sesenta inmigrantes han avalado con su firma una denuncia presentada en el juzgado de Instrucción número tres de Valencia por supuestos malos tratos en el Centro de Internamiento de Extranjeros -CIE- de Zapadores. La denuncia la han presentado formalmente las asociaciones implicadas en la campaña por el cierre de los CIE. "No es la primera vez que detectamos este tipo de hechos, pero sí es la primera vez que los presos -los internos- han decidido denunciar en el juzgado", advirtió en una rueda de prensa Salva Lacruz, portavoz del colectivo. Los inmigrantes confían en que el juez abra la investigación para acabar las "palizas" en Zapadores.

Según los denunciantes, varios internos fueron víctimas durante noviembre y diciembre de golpes, patadas y palizas. La vigilancia del centro de Zapadores depende del Cuerpo Nacional de Policía, que niega las acusaciones y recuerda que una denuncia similar ya fue archivada por la Fiscalía el año pasado.

Los denunciantes aseguran que el uso de las celdas de castigo es "indiscriminado" y que en algunas ocasiones los propios agentes provocan a los internos. El policía "chincha un poco y procede luego a linchar al interno a palos", lamentó Salva Lacruz.

Uno de los inmigrantes que estuvo en el CIE de Zapadores afirmó ayer que presenció una agresión a un interno de nacionalidad argelina "sin que mediara ninguna provocación por su parte". Según la denuncia, la misma persona fue igualmente golpeada días después por "varios de los policías del centro, que entraron a su dormitorio y le arrojaron al suelo, dándole patadas. El interno llegó incluso a perder el conocimiento en una ocasión, siendo testigos sus compañeros de celda".

La denuncia revela que varios inmigrantes iniciaron una huelga de hambre en diciembre para protestar por las condiciones de vida en el CIE. Los inmigrantes manifiestan que "de madrugada llegaron unidades de intervención policial, obligando a los internos a bajar con los brazos en alto al patio bajo la lluvia. Allí permanecieron durante aproximadamente hora y media y algunos de ellos fueron golpeados cuando no podían mantener los brazos en alto". Además, los inmigrantes son encerrados en celdas colectivas durante nueve horas de manera que "se ven obligados a miccionar en botellas o en el único lavabo que tienen para lavarse".