Vicent Gil, archivero de Vila-real, profesor de archivística en el CEU San Pablo, Carlos III de Madrid y Universitat de Valencia. Ha escrito Corsaris i galeres al servei del Papa Luna, publicado por la Biblioteca Valenciana.

Suena raro eso de que el Papa Luna tuviera corsarios...

El Papa Luna cuando llega a Peñíscola lo hace prácticamente arruinado. Lo que se encuentra en Peñíscola es el mar y toda la actividad que hace para sanear las arcas pontificias se convertirá en la actividad corsaria, típica, normal y tradicional en la época y que capitaneará su nieto, Rodrigo de Luna.

¿Y qué hacían los corsarios?

Bueno, pues ahora que se habla tanto de la piratería que sufren las embarcaciones de la Unión Europea, entonces era lo mismo. Atacaban a todo aquel que surcara cerca sin bandera de la Corona de Aragón. Normalmente, quienes lo hacía eran corsarios franceses y, sobre todo, el corsario berberisco o musulmán que todos los años se dedica a asaltar desde las costas de Barbaría hasta las valencianas para saquear y hacer la máxima fortuna.

¿Esto rompe la figura de un Papa Luna pacifico? Gastaba estrategias cuestionables hoy en día.

No, la actividad corsaria es una actividad que, por bula pontificia del Papa Luna o por autorización real, es una actividad comercial tan normal como la de aquel comerciante que carga botas de vino, ya que hablamos del Maestrat, o lana, en los mercados italianos o de Alejandría. Estaba totalmente autorizada y el Papa Luna no es ni más ni menos violento que los personajes de su época. Son años muy violentos.

Por cierto, él acaba de salir de un asedio en Aviñón del que sale muy mal parado y son años en los que ya no tiene casi amigos y vive rodeado de enemigos. Se hace valer, poco a poco, demostrando que es todavía un señor y ejerce autoridad con la fuerza del dinero y la bélica. Eso es lo que hace el Papa Luna desde Peñíscola con el apoyo de un personaje muy desconocido como es Rodrigo de Luna.

Hablemos pues de Rodrigo de Luna.

Es su nieto y un personaje que hace fortuna al lado de su abuelo y al servicio de la casa de los Luna. Hoy sería un guardia de seguridad del Papa Luna, el que cuando hay un intento de envenenarlo reprimirá el intento, planta cara y demuestra que Benedicto se mantiene ante el Rey de Aragón cuando éste intenta trastocarle sus intereses y diciéndole que no lo reconoce, o el que en la ciudad de Valencia lo hace valer potenciando la defensa de la costa valenciana.

Siempre que la galera de Peñíscola está en las inmediaciones de Peñíscola o los mares del antiguo Reino de Valencia, no hay actos de piratería y cuando va a otros lugares, prácticamente deja un país indefenso porque todas las embarcaciones de la Corona de Aragón están en Nápoles, donde estaban los intereses. Peñíscola es bastión y fortaleza gracias a la figura del Papa Luna, que auna esfuerzos en la defensa de la cristiandad y los intereses marítimos en la frontera del mar. Curiosamente, es uno de los personajes importantes en la historia naval ya que estaba formado con métodos muy novedosos en la época en astronomía y navegación que aprovecha técnicas de la guerra en el mar.

¿Era una única embarcación la que tenía?

Cuando hablamos de la galera es porque era la más grande. Salvando mucho las diferencias sería, en fuerza naval, lo que hoy en día es un portaaviones. Hay otras embarcaciones más pequeñas, como una galeota que está inventariada en las dársenas del castillo de Peñíscola, de la que se hace uso. Sabemos que curiosamente la escuadra del Papa Luna tiene esas dos embarcaciones, pero cada vez que hay una acción corsaria y naval todos los interesados en esta actividad van a Peñíscola o acompañan al Papa Luna en la expedición, ya sea a la defensa o en el ataque que se daba en la mar de Ibiza, que es donde más peligro había cada primavera y verano

Imagino que iría armada, ¿no?

Si, es una de las grandes novedades. Iba con una bombarda, un cañón de buen calibre, culebrinas y muchísimos ballesteros. Es una galera de guerra con un buen espolón, que es uno de los elementos que más respeto infunden a toda la navegación de la época. La galera de Peñíscola está muy bien armada.

¿Cómo es el final de esta galera?

Igual que el final del pontificado del Papa Luna en Peñíscola. Queda aparcada en la dársena y en 1429 se inventaría y desaparece de la documentación. Rodrigo de Luna y abandonará Peñíscola tras la muerte de su tío, se dedicará a otros menesteres por la frontera de Castilla y olvidará el mar.