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Frente a las dificultades por las que atraviesa Sociópolis, su creador, el arquitecto Vicente Guallart, mantiene el optimismo. "En un momento de crisis inmobiliaria lo importante de este proyecto es que sigue adelante, que se acaba la urbanización y que los promotores siguen invirtiendo. Los dos primeros edificios se entregan en unos meses", dice. "Este proyecto tiene una inercia tal que se va a acabar", añade Guallart, que responde con una contundente "antes" cuando se le pregunta si aún tendrán que pasar diez años para ver terminada su obra.
El arquitecto admite la "mala suerte" de coincidir el momento en que la urbanización debía coger ritmo con la crisis económica, "pero Sociópolis se va a construir", insiste. "Ahora se ha ralentizado, pero es un proyecto aprobado, no es un proyecto especulativo", dice. "Lo mismo que pasó cuando se construyó el Ensanche de Valencia, que hubo distintas velocidades, aquí tenemos ahora un parón y luego puede haber un medio plazo distinto. Todo dependerá de la crisis y de los bancos", asegura.
