Un nuevo ejemplar de Hieraaetus fasciatus o águila perdicera, una de las rapaces más amenazadas del mundo - "en peligro", según los parámetros de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza- y que tiene en la Comunitat Valenciana uno de sus principales reservorios, ha aparecido ahogada en un depósito contraincendios de la Sierra de Chiva.

El ejemplar, probablemente por su tamaño una rapaz joven, fue hallado por unos excursionistas hace unas semanas en una balsa de incendios de la Conselleria de Medio Ambiente de 200.000 litros situada en la partida de Los Parapetos, en la Sierra de Chiva

Según explicaron fuentes de la Sociedad Valenciana de Ornitología,, las aves se acercan a estas balsas, acuciadas por la sed, y se encuentran con depósitos llenos a media altura donde es muy difícil beber. Si caen al agua ya no hay escape posible y mueren por ahogamiento.

La balsa donde apareció el águila esta vallada, aunque no tiene puerta en la actualidad y no dispone de ningún sistema de tabla flotante o rampa para que las aves, mamíferos o reptiles que caigan al agua puedan salir por sus medios. En este momento el nivel del agua es de 90 cms bajo la altura del borde de la balsa, lo que la convierte en una trampa mortal incluso para un niño.

Sin soluciones

El hallazgo de el ejemplar de águila fue comunicado a la Conselleria de Medio Ambiente, propietaria de la balsa y a su vez gestora de los fondos europeos destinados a la protección de esta especie.

El águila perdicera es la única entre las rapaces amenazadas que no ha recuperado individuos en la última década pese a las numerosas campañas de protección y la existencia de programas específicos, financiados por Europa, que no han logrado atajar su declive.

Aunque habitualmente se cita el conflicto con los colombicultores, el choque con los tendidos eléctricos y la reducción del número de sus presas- la perdiz y palomas torcaces, fundamentalmente-, lo cierto es que las muertes en las balsas de riego y contraincendios ha sido certificada como una de las causas de muerte del águila perdicera.

El problema era ya conocido en 2005, cuando la conselleria comenzó a exigir que todas las balsas de riego incorporaran una rampa, aunque no aplicó el mismo criterio sobre sus propiedades.

Un informe fechado en 2005, hablaba de "pruebas" en depósitos de incendios. que confirmaban "la operatividad de rampas de un solo bloque y escasa pendiente terminadas con material rugoso". "Los Servicios de Incendios -añadía el informe oficial-tienen instrucciones de realizar con esta medida correctora los nuevos depósitos, así como de mantener el punto de agua natural".

Sin embargo, lo sucedido en la balsa de los Parapetos, espacio incluido recientemente dentro del paraje natural municipal de la Sierra de Chiva, denota el incumplimiento de esta norma y el goteo anual de rapaces ahogadas se mantiene en niveles similares a los de 2005.