Son 545 escopetas, 113 revólveres, 106 pistolas, 20 carabinas del calibre 22, ocho rifles y 46 de otros tipos. En total, 838 armas de fuego largas y cortas intervenidas a lo largo del último año por la Guardia Civil porque a sus dueños no se les renovó la licencia o les ha sido revocada. Y, como ha ocurrido siempre hasta ahora, esas armas se ponen a la venta en subasta bajo la supervisión de la Guardia Civil.

La novedad, en esta ocasión, estriba en que se trate posiblemente de la última subasta, ya que el borrador del nuevo reglamento de armas, cuyo texto definitivo entrará en vigor antes del verano, prevé la desaparición de este histórico sistema de "reciclado". Con el nuevo marco legal, la Guardia Civil desaparece en este paso y las armas irán directamente a destrucción si en el plazo de un año su dueño no recobra el arma o la vende por su cuenta.

De momento, esta subasta es como todas las anteriores: las armas estarán expuestas en el cuartel de Natzaret cada mañana desde ayer hasta el viernes próximo. Los interesados -cazadores, en su mayoría, aunque también optan coleccionistas, tiradores deportivos y policías o guardias civiles en busca de algún "capricho" o de alguna ganga- pujan en sobre cerrado. El sábado, se abrirán y cada arma se la llevará el que más haya ofrecido por ella.

Habitualmente, no logra llegar a la venta más del 30 por ciento de las armas ofertadas, bien porque están tasadas al alza -el precio de salida lo fija el propietario-, bien porque están muy deterioradas y ya no interesan.

Las que no superan la barrera, vuelven a ser subastadas en segunda ronda dentro de un mes. Y ésa sí será la última vez, si se cumplen los plazos habituales de tramitación de una ley, en que se pueda comprar un arma intervenida mediante la tradicional y esperada subasta de la Guardia Civil. Una vez finalizados ambos procesos, las armas que no hayan encontrado dueño "se irán a la chatarra".

Este año, hay dos aspectos noticiosos: que el 30 por ciento son armas decomisadas judicialmente a maltratadores -sobre todo escopetas y carabinas- y que hay más armas de caza "porque la crisis ha llevado a bastante gente a no renovar las licencias", explica el subteniente Morcillo.

Una "Luger" del ejército de Hitler

Entre las 838 armas expuestas desde ayer, la joya es una Luger de 9 Parabellum -precisamente el arma para la que se desarrolló esta munición- que se hizo célebre por ser la pistola auxiliar del personal del ejército alemán durante las dos grandes guerras. Ésta, que parte con un precio de 400 euros y puede "llegar a rondar los mil", según el sargento Narváez, fue usada, posiblemente, en la Segunda Guerra Mundial por algún soldado del ejército nazi de Hitler.

De momento, para optar a ésa o a cualquiera de las otras 837 armas es necesario tener en vigor una licencia adecuada al arma que se busca y ser mayor de edad. Algunos buscan "esa arma que ya no encuentras en una armería" y otros, simplemente, "una buena ocasión, porque en subasta el precio suele ser bastante más bajo que en el mercado de segunda mano".