El robo de niños para darlos en adopción es, según el abogado valenciano e impulsor de la Asociación Nacional Afectados de Adopciones Irregulares (Anadir), Enrique Vila, "el mayor escándalo de las democracias occidentales contemporáneas".

Desde que el 27 de enero se dio a conocer que Anadir había presentado ante la Fiscalía General del Estado una demanda conjunta con 261 casos de presuntos robos de recién nacidos, a la asociación ha llegado una auténtica avalancha de denuncias: de 4.000 a 5.000 casos, según adelantó ayer Vila a Levante-EMV.

El abogado declaró: "Estamos totalmente desbordados y asustados, porque parece ser que el robo de niños era más habitual de lo que se pensaba".

De hecho, hace unos días una familia valenciana confesó a Enrique Vila que cuando en 1986 adoptaron a su hija, ciertas personas les propusieron comprar un bebé y les invitaron a asistir a reuniones clandestinas que se celebraban en pisos de Valencia para hablar de los pormenores del negocio.

"Están saliendo casos como hongos y estoy asustado de que llegue un momento en el que salga el mismo número de niños robados que de adopciones", añadió Vila.

Ciudadanos de toda España acuden estos días a la asociación para denunciar, relatar, confesar o reclamar el robo de niños en las maternidades de todo el país.

"Todo lo que se está dando a conocer es la punta del iceberg de lo que debe haber, que es de una magnitud que no podemos estimar", apuntó el abogado, que fue pionero en tramitar demandas de hijos adoptados que querían conocer la identidad de sus padres biológicos.

Entre las 261 casos de adopciones irregulares que se denunciaron ante la Fiscalía General del Estado hace tres semanas hay diez de la Comunitat Valenciana: 2 de Castelló, 7 de Valencia y uno de Alicante.

Enrique Vila señaló que a diario se reciben cientos de correos electrónicos de personas que sospechan que les robaron a sus hijos al nacer, dándolos por muertos, o de hijos que fueron dados en adopción a quienes sus padres ahora les han revelado maniobras irregulares en su adopción, vinculadas casi siempre a un intercambio económico.

El fiscal general del Estado decidió que las fiscalías de cada demarcación territorial investigaran los casos de cada autonomía.

No obstante, Vila afirma que desde la asociación se seguirá informando a Cándido Conde Pumpido de las nuevas demandas que se presenten en los órganos judiciales de cada comunidad autónoma.

A Vila le extraña que el Gobierno no se haya pronunciado aún en un tema de tanto calado, tras el continuado flujo de noticias de adopciones irregulares en todo el país que han saltado en los últimos meses.

"Se nos va a ir de las manos"

"El tema se nos va a ir de las manos", agregó Vila que ayer mismo viajaba a Madrid para entrevistarse con una productora cinematográfica interesada en llevar a la pantalla esta realidad tan dramática, oculta y encubierta.

El abogado añadió que lo que realmente le asusta no es el número de casos que, de seguir así, pueden colapsar los tribunales, sino la de todos aquellos que ni siquiera saben que fueron robados para venderlos en una adopción enmascarada de legalidad.

Vila añade que son muchas las mujeres a las que les comunicaron que sus hijos nacieron muertos que ahora han empezado a remover Roma con Santiago para contrastar si la noticia que en ese momento le dieron sobre el hijo recién parido era verdad.

Solo de imaginarlo, a Enrique Vila se le apaga la voz: "Es tremendo, tremendo...".

Tras publicar su primera novela, titulada Bastardos, Vila ha acometido una segunda aventura editorial con la publicación de Historias robadas, un escalofriante relato de adopciones falsas en España entre los cuarenta y los noventa.

Del mismo tinte es la tragedia de una matrimonio de Alcoi que ha pedido a la Fiscalía que se investigue el posible robo de su hijo en el hospital Virgen de los Llirios en el año 1979. Los informes del centro recogen que el niño murió a los pocos minutos de nacer, pero el entierro no consta en el registro general del cementerio.