El proceso de confección de la candidatura del PSPV para las Corts que arrancó el pasado viernes ha puesto patas arriba el partido que lidera Jorge Alarte. Una lista con la que el secretario general se asegura el control del grupo parlamentario el día después de las elecciones —donde todos los sondeos hablan de derrota—, pero que lleva al inquilino de Blanqueries a un escenario de confrontación. Con el norte y con el sur. De un lado, la propuesta actual constata la práctica desaparición dentro del futuro grupo de las Corts del sector que orbita en torno al alcalde de Morella, Ximo Puig, quien, cabe recordar, hace apenas dos años y medio consiguió aglutinar a la mitad del partido —en el Congreso de 2008 se quedó a 20 votos de Alarte—. Más complicada es todavía la situación en Alicante, donde la secretaria provincial Ana Barceló, afín a Leire Pajín, directamente se ha rebelado y no ha propuesto ninguna lista bajo el pretexto de que Alarte retocará la candidatura a su antojo.

Todo esto ocurrió el viernes. El día después de la batalla las reacciones no se hicieron esperar. Desde Castelló, el entorno de Ximo Puig confirmaba ayer que éste no aceptará integrarse en la candidatura, como le propondrá Alarte esta semana —antes del comité nacional que ratificará la lista el próximo sábado—, si no le acompañan también algunos de sus afines tanto por Castelló como por Valencia.

Y es que la propuesta que ha elevado la dirección provincial de Castelló de Francesc Colomer, hijo político de Puig, deja fuera del Parlamento valenciano tanto a alcalde de Morella como los suyos, el tradicional sector lermista. Irónicamente, sí incluye a Ernest Blanch, número dos de Puig en el Ayuntamiento de Morella.

Lo mismo ha ocurrido en Valencia, donde la dirección que encabeza Carmen Martínez ha perfilado una candidatura a la medida del candidato a la Presidencia de la Generalitat. Tan sólo Francesc Signes —que ha acreditado una intensa labor de oposición— y Alfred Boix —uno de los principales referentes lermistas— continúan entre los tradicionales apoyos de Puig.

Así las cosas, el entorno del alcalde de Morella aseguraba ayer que «si no hay un gesto real de integración», es decir, que si Alarte no enmienda las listas de Colomer y Martínez incorporando a más de sus afines, Puig no aceptará entrar. Las mismas fuentes recordaron además los gestos de respaldo que ha hecho Puig hacia Alarte en los últimos tiempos, entre ellos su retirada del proceso de Primarias en septiembre pasado en aras de la «estabilidad» del partido, dijeron. Por su parte, desde Blanqueries negaron ayer que se haya procedido a una criba de los afines de Ximo Puig y comentaron que el conflicto con el referente lermista «se arreglará esta semana». Respecto a Valencia, fuentes de la dirección nacional valoraron la incorporación al proyecto de Alarte de destacados lermistas: como Vicent Sarrià, que va en la candidatura a la alcaldía de Valencia que lidera, precisamente, el colaborador de Puig en el pasado congreso Joan Calabuig; y los casos de Boix y Signes para las Corts. «La de Valencia es una lista de consenso», destacaron.

Respecto a la lista que ha elaborado la dirección en Castelló, desde Blanqueries insistían en desvincular a Jorge Alarte de la decisión de dejar fuera a Puig, gesto que achacaban en exclusiva a Francesc Colomer. De hecho, la propuesta de Colomer será enmendada para satisfacer a Puig; más complicado será introducir cambios en Valencia, donde la candidatura elaborado por la alcaldesa de Quart recibió un respaldo unánime.

El otro frente que tiene abierto Jorge Alarte, el de Alicante, generó duras críticas de Blanqueries hacia la secretaria provincial, Ana Barceló, a la que se reprochó su «incapacidad política» para alcanzar consensos. En su opinión, la dirigente alicantina «abdicó» de proponer una candidatura el pasado viernes —«como era su obligación», señalan— porque ha perdido el control «en favor de la gente que está con Alarte».

Cabe recordar que la pajinista Barceló se despachó el viernes contra el líder del partido: «La militancia se ha sentido ninguneada», dijo al tiempo que enviaba a Blanqueries un listado de 128 nombres sin ordenar para que el propio Alarte confeccionara la candidatura. Tal es el enfado de la dirección nacional con el órdago de Barceló, que desde Blanqueries se plantea retrasar su nombre hasta el octavo puesto de la lista por Alicante, cuando lo previsto era que fuera la número dos tras Ángel Luna. Otras fuentes no descartaban incluso un escenario con Barceló excluida de la candidatura autonómica.

Alarte: «Sólo hay un proyecto, también en Alicante»

El día después de la batalla desatada entre la dirección socialista de Alicante, liderada por la pajinista Ana Barceló, y la que lidera Jorge Alarte, un acto del PSPV en Benidorm reunió al secretario general del partido con la actual ministra de Sanidad. Y en su discurso, Alarte aprovechó para enviar un «recadito»: «Los socialistas nos sentimos fuertes. Sólo hay un proyecto en el PSOE valenciano y es el mismo en el que estamos todos, también los de Alicante». El dirigente de los socialistas se refería así tras el órdago lanzado por Ana Barceló, al renunciar a proponer una candidatura de su provincia ante la previsión de que la dirección nacional la modificaría.

Por su parte, Leire Pajín, ex secretaria de Organización y actual ministra, ve la situación desatada en Alicante dentro de la «plena normalidad y democracia» interna de su formación. A preguntas de los periodistas, Pajín afirmó: «Este es un partido democrático. Estamos tan acostumbrados al PP que, desgraciadamente, se nos olvida, pero el PSPV es democrático y los órganos proponen nombres y se toman decisiones en los órganos que se tienen que tomar, respetando la voz de los militantes», dijo.

Por la mañana, la presidenta de la comisión nacional de listas del PSPV, Elena Martín, ya se había referido a la polémica abierta por el acto de rebeldía de Barceló. Martín dejó claro que la candidatura autonómica del partido para las Corts es competencia única y exclusiva de su comisión y del comité nacional, controlado en su mayoría por Jorge Alarte.

Elena Martín prefirió evitar ayer el cruce de acusaciones, aunque sí defendió la limpieza del proceso. «Creo que las tres direcciones provinciales han hecho lo que creen más conveniente para su provincia. Me gustaría decir que las listas a las Corts no son un proyecto de tres provincias, sino un proyecto de Comunitat Valenciana».