Una parte de los cerca de 100.000 euros desviados del Instituto Valenciano de Atención a los Discapacitados (Ivadis) fueron presuntamente ingresados en una cuenta bancaria personal del exadministrador de la empresa pública, José María Vicent Sarrión, denunciado por la Conselleria de Bienestar Social por "irregularidades contables de carácter significativo". Es más: el dinero que el instituto público echa en falta y que salió al parecer con transferencias irregulares acabó supuestamente en la misma cuenta bancaria en la que Sarrión tenía domiciliada la nómina que le pagaba el Ivadis. Así lo constata la investigación interna abierta por el instituto público de la conselleria y que está siguiendo la Fiscalía, según revelaron ayer a Levante-EMV fuentes internas de la Generalitat que han tenido acceso a esta parte, la más sensible de la investigación.

Este supuesto movimiento de dinero irregular entre las cuentas del Ivadis y una de las cuentas personales de José María Vicent Sarrión (precisamente en la que cobraba la nómina de su trabajo) apuntaría a el supuesto desfalco que Bienestar ha denunciado ante el ministerio público. Además, implicaría directamente al que fue administrador del instituto valenciano para la discapacidad entre 2003 (un año después de llegar a la entidad) y principios de 2011, cuando abandonó de forma voluntaria su puesto de trabajo coincidiendo con la detección de las supuestas irregularidades que el denunciado ha asegurado "desconocer".

Como adelantó este diario, el modus operandi de las presuntas irregularidades denunciadas en el seno del Ivadis consistía en desviar a otras cuentas bancarias dinero destinado a pagar a los proveedores de sus centros para personas con discapacidad. En vez de pagar la factura al proveedor, en al menos una veintena de ocasiones se transfirió dicha cantidad económica a cuentas que no correspondían con las de las empresas proveedoras. Los retrasos en el pago a los proveedores destaparon este presunto desvío sistemático de dinero que desde el principio ha sido denunciado y puesto en manos de la justicia por parte de los responsables del Ivadis, en sintonía con la cúpula de Bienestar Social.

A esta cuenta personal de Sarrión fue desviado, presuntamente, "bastante" del dinero que falta del Ivadis, según detallan las mismas fuentes. La otra parte del presunto desfase contable no se sabe todavía en qué cuentas bancarias acabó. Será la investigación judicial que ha iniciado la Fiscalía la que habrá de concretar el destino del dinero que, según la denuncia de la Conselleria de Bienestar Social, ha sido defraudado a las arcas de este instituto autonómico que atiende en sus 25 centros a unas 1.300 valencianos con discapacidad. En los próximos días declararán ante el juez las partes afectadas en el caso.

Sigue la revisión de facturas

Por el momento sigue sin trascender la cuantía total del desfase contable. La demanda inicial rondaba los 100.000 euros, pero las ampliaciones de demandas realizadas a medida que se descubrían nuevas transferencias irregulares (al menos una) han incrementado la cuantía del presunto desfalco. El Ivadis sigue revisando las facturas "una a una".

Orden de silencio y aviso si llama Sarrión

La dirección del Ivadis, que ha recibido el respaldo de los sindicatos por su decidida actuación en la denuncia e investigación del caso, ha ordenado a los empleados de la empresa pública que, en caso de que J. M.ª Vicent Sarrión contacte con ellos para conocer información sobre la investigación del caso, han de mantener el silencio de todo cuanto puedan conocer por sus responsabilidades laborales. Además, tienen la instrucción de comunicar esos hipotéticos intentos de contacto que pudiera iniciar Vicent Sarrión, exadministrador del Ivadis y alto cargo que llegó a la entidad en 2002 de la mano del conseller Rafael Blasco. De hecho, Vicent Sarrión mantenía con la familia Blasco estrechos lazos políticos (fue secretario general del PSD en Alzira, el partido impulsado por una sobrina de Blasco) y vínculos sociales (presidía la falla Caputxins, de la que es fallera mayor este año Deborah Salom Ciscar, hija de Consuelo Ciscar y esposa de Sergio Blasco, sobrino del conseller. De ambos cargos desapareció Vicent Sarrión hace un mes.