Su padre, José Such, fue el primer alcalde de la democracia de Benidorm. ¿Heredó de él su vocación política ?

Mi padre ha sido el ejemplo, qué duda cabe. Recuerdo cuando murió un titular de un diario que decía: ha fallecido una gran persona que además fue el primer alcalde de la democracia en Benidorm. Era un gran demócrata y un monárquico. El decía que cuando desapareció UCD se quedó huérfano de partido, aunque luego estuvo en PP. Está claro que lo que vives en la familia afecta a tu evolución, pero el que llegara yo a la política fue por decisión del presidente Camps.

¿Qué recuerdos tiene de aquellos inicios de la democracia?

Recuerdo la manera que mi padre tenía de concebir la política basada en el trabajo, la dedicación, la honradez y el servicio público; su interés de mejorar el país. Siempre decía que a la política uno se asoma para servir y el que se asoma para ser visto, no se asoma a la política, sino a otra cosa. Fue una época de la historia de España en la que los distintos partidos políticos tenían un objetivo común basado en que España iniciara una andadura de libertad y de respeto, de progreso pero basándose en principios de solidaridad y concordia.

¿Cómo fue su 23-F?

Habíamos venido a Valencia a celebrar el cumpleaños de mi hermano mayor que estudiaba medicina en Valencia. Mi padre se había quedado en el ayuntamiento. Nos llamó para decirnos lo que ocurría y para que regresáramos a Benidorm inmediatamente. Y recuerdo perfectamente la imagen de salir de Valencia con los tanques entrando. El miedo y la preocupación por mi padre en la cara de mi madre. No recuerdo a que hora llegó a casa, pero sí sé que volcó todos sus esfuerzos en los miembros de la corporación que pertenecían a formaciones que podían salir más perjudicados si aquello prosperaba. Aún hoy cuando me ven en Benidorm me siguen recordando la preocupación de mi padre por estas personas. El tenía el convencimiento de que la Casa Real lo iba a solucionar, que estando el Rey aquel golpe no podía prosperar.

Su padre llegó a la alcaldía de la mano de Miguel Barceló y de Eduardo Zaplana ¿Cuál era su relación con el expresidente de la Generalitat y qué opinión tiene de él como político?

Claro que lo conozco, conozco a su mujer, a su familia, somos familias del poble. Creo que Zaplana ha sido un buen presidente de la Generalitat, un buen ministro y un buen político.