La Península se encuentra entre la influencia de una borrasca fría que está en el Mediterráneo y un anticiclón en el Atlántico y, entre medias, discurre una corriente de vientos del norte y del nordeste que han provocado un descenso de las temperaturas y un tiempo inestable.

Fruto de esta situación, la entidad de Puertos del Estado alertaba ayer sobre la aparición de olas de hasta cuatro metros en el Mediterráneo inicialmente concentradas en el pasillo entre las Baleares y Córcega y Cerdeña.

No se espera que esta situación afecte a las costas valencianas, que permanece fuera de las áreas de riesgo costero, aunque sí a la navegación.

La Agencia Estatal prevé que la inestabilidad se mantenga al menos hasta el miércoles, cuando se formará una nueva borrasca al sureste de la Península y que con probabilidad provocará que la inestabilidad, acompañada de lluvias y de nevadas por encima de 1.000 metros, se extienda hasta el sábado.