La Iglesia ya ha distribuido a todos los colegios religiosos de la diócesis de Valencia el programa de educación sexual que ha elaborado el Instituto Juan Pablo II por encargo del Arzobispado de Valencia. La guía formativa, presentada ayer a la prensa, intenta transmitir a niños y adolescentes de entre 5 y 14 años una visión de la sexualidad acorde con la doctrina de la jerarquía católica y profundamente contradictoria con las nociones sexuales que traslada el programa de sexualidad de la Generalitat en las aulas de secundaria (el PIES).

Cinco ejemplos son suficientes. El programa del arzobispado trata la homosexualidad como una "disfunción" que ha de ser vivida "en castidad"; considera la masturbación como un "vicio" que aboca a la "soledad" y el "hastío"; recomienda la "continencia hasta el matrimonio" como una virtud sexual; sostiene que "el aborto provocado no se puede justificar"; y lejos de divulgar la importancia de los métodos anticonceptivos, para evitar el contagio de las enfermedades de transmisión sexual propugna "el respeto y la paciencia".

Los colegios privados y concertados religiosos ya tienen el programa y pueden impartirlo a sus alumnos como "enseñanza extracurricular", no evaluable. Ahora, el arzobispado también lo pondrá a disposición de forma gratuita a los centros educativos públicos. Preguntada al respecto, la Conselleria de Educación afirmó ayer que no iba a realizar "ninguna valoración respecto al programa de educación afectivo-sexual" del arzobispado y subrayó que "los consejos escolares tienen autonomía para aprobar aquellas actividades o programas extraescolares que consideren. Los centros, si es aprobado por su consejo escolar, pueden decidir este tipo de cuestiones que son voluntarias dentro de su libertad".

Hay, por tanto, luz verde de la Generalitat para que entre en las aulas públicas un programa de sexualidad cuyos contenidos atentan contra los propios fundamentos de los materiales didácticos elaborados por el Gobierno valenciano.

El contenido del programa

El programa de los obispos, cuyas líneas maestras adelantó en julio este periódico, se llama "Educar la sexualidad para el amor". Consta de 6 unidades y se reparte en 18 sesiones, de 90 minutos cada una, que se distribuirán entre los 5 y los 14 años. La primera unidad aborda "la fertilidad humana: desarrollo y reconocimiento", y allí se enseña que "las relaciones sexuales humanas han de ser realizadas por los esposos que acogen la vida".

El segundo tema trata "la familia humana: causa de razón y fin de la sexualidad", y se transmite a los alumnos el modelo clásico de familia mientras los otros son tachados de "disfuncionales". También se aborda la homosexualidad como un problema por el que sus afectados deben ser "respetados" y "acogidos", aunque deben vivir "en castidad" y "no están destinados irremediablemente a serlo siempre".

En "la sexualidad responsable: virtudes y efectos", tercera unidad, se intenta potenciar el "autodominio" y la "continencia" en materia sexual para "esperar hasta el matrimonio para la primera vez".

La cuarta unidad, sobre "salud y sexualidad", subraya que la masturbación es un "vicio" que "no respeta la dignidad de la persona". "Reconocer la adicción es el primer paso para recuperarse de la misma", añade. Asimismo, se divulga la versión católica de las enfermedades de transmisión sexual y se destaca que "la anticoncepción rechaza algo nuestro, como es la fertilidad".

En la quinta unidad, acerca de "la representación de la sexualidad en el espacio público", se analiza "cómo puede afectar la pornografía a los niños y jóvenes", entre otros contenidos. En la sexta unidad se presenta "el amor no sexuado" y la "elección del celibato cristiano", y se dan los "motivos para vivir un noviazgo casto" y para "la prevención del acoso". Este programa también ha sido enviado a las diócesis de Segorbe-Castelló, Orihuela-Alicante, Mallorca, Menorca e Ibiza.