La premeditadamente provocadora campaña electoral de los Socialistas Valencianos, en la que presenta al jefe del Consell como una naranja podrida, ha devuelto al primer plano al icono por antonomasia de la Comunitat Valenciana. Un elemento tan identificativo, la naranja, que además de inspirar las equipaciones de los principales equipos de fútbol y baloncesto de la Comunitat Valenciana, tampoco se ha librado de la utilización por parte de la mayoría de partidos políticos en algún momento de la historia reciente: como metáfora de la defensa de los intereses de los valencianos o simplemente como elemento de identificación simbólica.

Es el ámbito del regionalismo/valencianismo político el que, sin discusión, se ha asociado de forma más evidente a la naranja -o su color- como nexo de unión con lo valenciano. El pionero fue Vicente González Lizondo, líder de Unió Valenciana (UV), en el Congreso de los Diputados en 1989. Lizondo intervino durante el debate de investidura -5 de diciembre de 1989- sosteniendo una naranja en la mano. El regionalista cargó contra el presidente Felipe González: "Cuando termine de arruinar a Alicante, Castellón y Valencia, habrá arruinado a España". Y al bajar de la tribuna depositó la fruta sobre el escaño del presidente.

Una puesta en escena tan folclórica provocó la hilaridad de los parlamentarios españoles, pero Lizondo, con su gesto efectista, logró su objetivo: presentarse como defensor de los intereses valencianos. Dos años después, con 208.000 votos, su partido consiguió su mejor resultado en unas autonómicas.

Aquel 'naranjazo', en el imaginario de la política valenciano desde entonces, ha vivido réplicas en los últimos años. Units x Valéncia, la formación que lidera el escindido de UV Carles Choví, recuperó la naranja para en 2007. Coincidiendo con el 300 aniversario de la derrota de Almansa, el partido valencianista tricolor hizo orbitar su campaña electoral en torno a un exprimidor que simbolizaba a los dos grandes partidos estatales: "300 anys exprimint-nos. Esquerra? Dreta? Votaràs de nou a partits de Madrid?".

El Bloc, hacia el mercado agrario

Desde la vertiente más nacionalista del valencianismo, el cítrico de referencia también ha sido un elemento recurrente. En la campaña de 2007 el líder del Bloc, Enric Morera, trató de ampliar la base electoral de su partido -en ocasiones caricaturizada como un claustro de profesores de valenciano- hacia un mercado de votos tradicionalmente cercano al centro-derecha regionalista: "Mi mensaje claro es que más allá del ruido de la campaña, se piense cómo está la agricultura, cómo está la naranja. Nuestra Fórmula 1 es la naranja valenciana, porque de la naranja y la agricultura este pueblo ha vivido mucho y bien", declaraba Morera a Levante-EMV a una semana de las elecciones de mayo de 2007.

Este color conquistó Génova

La asociación a este fruto por la vía cromática también es habitual. El naranja se ha convertido en el color corporativo del partido de Morera, que incluso lo ha exportado a la coalición Compromís. En internet, la página web valencianisme.com también usa este color como base.

El PP, una formación tradicionalmente azul, tampoco se ha resistido al uso de este icono casi sagrado de los valencianos -y sin embargo en grave deterioro como sector económico-. En las autonómicas de 2007, la imagen corporativa del partido era rabiosamente naranja. En Valencia, pero también en España, donde las corbatas de ese color causaban furor en los cónclaves del partido de la gaviota. Hasta las pes del logotipo fueron naranjas antes de regresar al azul en la última modificación.

El naranja estaba tan de moda asociado al éxito electoral del PPCV por aquellos días que hasta se recurrió a la fruta típica para poner nombre a la empresa que ejercería de filial valenciana de las empresas de Francisco Correa, Orange Market, firma de eventos de cabecera del PP valenciano hasta que estalló el caso Gürtel.

El partido de Alarte, el último en jugar con la naranja como metáfora visual, ha sido precisamente el que menos uso ha dado del icono valenciano. Aunque también hay precedentes. En la campaña para las elecciones de 2007, los socialistas repartieron zumo de naranja en algunos actos. Y una anécdota. En 1998 el PSPV negociaba la creación de una coalición electoral de izquierda con Nova Esquerra, una plataforma inspirada en el Olivo italiano. El presidente catalán Pasqual Maragall, de paso por Valencia, se refirió a la posible alternativa: "Aquí más que una olivera, en todo caso, sería un "taronger"".

Los socialistas repartirán naranjas sanas en Fallas

El PSPV aprovechará los actos falleros de los próximos días para amplificar el eco de su campaña "Otro camino es posible". Unos carteles en los que se ven unas naranjas podridas con las que representan a un PP vinculado a varios casos de corrupción, y una naranja sana, que simboliza el cambio al que aspiran el 22 de mayo. El malestar abierto en el sector agrario -el sindicato AVA ha pedido su retirada- y el debate generado no ha hecho rectificar al partido liderado por Alarte. Al contrario. Carmen Ninet, portavoz del comité electoral socialista, anunció ayer que repartirán naranjas sanas para contraponer su honradez a la "podredumbre" del PPCV. "Ofreceremos naranjas sanas a los valencianos porque eso es lo que representamos los socialistas frente a las naranjas podridas del PPCV. Las naranjas sanas inundarán Valencia estas fallas, porque somos más los valencianos honrados y los que creemos que es necesario devolver la dignidad a nuestras instituciones políticas", dijo.