Uno de los ocupantes del Mercedes todoterreno implicado en el accidente donde murió el conductor del otro coche, tras una brutal colisión en la calle Guillem de Castro de Valencia en la madrugada del viernes, ha confesado ser quien iba al volante en el momento del siniestro, después de que se negara a admitirlo tras saltarse presuntamente un semáforo en rojo. Tras su confesión, el joven ha pasado a disposición judicial y está acusado de homicidio imprudente, según fuentes solventes.

El acusado tiene 25 años de edad, es de Guinea Ecuatorial y sus iniciales corresponden a C. O. O. El joven se personó ayer por la mañana de manera voluntaria en la Unidad de Atestados de la central de Policía de Valencia y confesó ser el conductor del vehículo, según fuentes consultadas por este periódico.

Además de la confesión, los investigadores cuentan con los vídeos de las cámaras de tráfico que registraron todo el accidente. De hecho, esos vídeos habrían corroborado que el joven de 25 años era quien iba al volante en el momento del siniestro y no su acompañante, otro joven, según manifestaron las mismas fuentes.

Los dos ocupantes del Mercedes todoterreno gris venían de pasar la noche de fiesta y dieron positivo en el control de alcoholemia. En concreto, el conductor dio 0,72 miligramos en aire espirado, lo que significa que casi triplicaba el límite permitido.

Ninguno de estos dos jóvenes sufrió heridas de gravedad como consecuencia del accidente, según informaron fuentes oficiales.

El único fallecido como consecuencia del gran impacto, es un hombre de 48 años y de origen colombiano, identificado como L. A. A. S., que circulaba con un Volskwagen Polo de color rojo por la calle Quevedo. Los bomberos de Valencia tuvieron que rescatar su cuerpo del vehículo, donde quedó atrapado.

El brutal golpe entre ambos coches en el centro de Valencia desplazó ambos vehículos de la calzada por donde circulaban. Los turismos impactaron contra árboles y una farola, que quedó destrozada.