Y llevan camino de superar el medio centenar. Las agresiones que las sedes de los partidos y entidades culturales o económicas valencianas han sufrido en esta legislatura de manos de los intolerantes. El último de los ataques lo acaba de sufrir el local que Units x València tiene en Almàssera, donde la formación valencianista cuenta con dos concejales. La sede amaneció anteayer con pintadas, en color azul, en las que se les acusa de "catalanistas", junto al dibujo de puntos de mira en la fachada y en la puerta. Esta agresión llega justo unas semanas después de que el partido hizo público un documento sobre sus postulados lingüísticos, en el que apostaba claramente por "dar un nuevo impulso a la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL)" como órgano que ha de "ampliar el consenso social en torno al valenciano", según explicó a este diario Carles Choví, candidato de Units x València a la Generalitat. Chovi lamentó este ataque y lo achacó al "nerviosismo" de quienes están comprobando el "crecimiento de Units x València" y "responden de la única manera que saben, agrediendo".

Para Choví, ataques como éste o como los sufridos por otras formaciones, "tienen como finalidad impedir a cualquier precio la conciliación y el progreso del pueblo valenciano". Porque, concluyó, "la normalidad es un obstáculo para unos cuantos". Los precedentes de agresiones a partidos, sindicatos y entidades culturales son tantos como escasas las detenciones. Los últimos incidentes se registraron en enero, cuando unos encapuchados lanzaron bombillas con pintura contra las sedes del PSPV y de la patronal CEV en protesta por el retraso de la edad de jubilación.