La calculada ambigüedad con la que la dirección nacional del PP ha abordado la cuestión hídrica en su programa marco sobre las elecciones autonómicas y municipales no ha sido óbice para que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, volviera ayer a enarbolar la bandera de los trasvases -citó en concreto el del Ebro- y a reivindicara la vigencia del Plan Hidrológico Nacional. Camps viajó ayer a Elx para inaugurar un embalse que lleva el nombre del fallecido conseller José Ramón García Antón y que forma parte de las infraestructuras previstas para el trasvase del Júcar-Vinalopó. Durante el emotivo acto, al que asistió la viuda del García Antón, el jefe del Consell dejó claro que el agua seguirá siendo un eje central en su campaña electoral a pesar de que, tal como avanzó Levante-EMV, el PP ha eliminado la referencia a las transferencias de sobrantes de aguas de cuencas excedentarias que sí recogía el programa electoral de Rajoy de 2008.

Aunque los populares valencianos tratan de evitar que su propio programa electoral choque con el texto aprobado en la convención de Palma de Mallorca, la bandera del agua sigue en los discursos del presidente. Camps avisó de que "seguirá trabajando para que llegue el agua que necesita la agricultura valenciana" y, en alusión al derogado PHN, indicó que luchará por esta infraestructura de manera que "cuando el agua que sobra en otros lugares venga encuentre un campo preparado para ser utilizada". "Hace siete años alguien decidió paralizar el PHN, decidió que el agua que sobraba en otras partes de España no viniese a nuestra tierra", subrayó. "La lealtad de este pueblo es pedir aquello que sobra en otros sitios para dar riqueza al resto", dijo Camps, quien afirmó que los valencianos "no saben generar tensiones, porque no les gustan ni las crispaciones ni las divisiones, por lo que luchan por la lealtad, la unidad y el reparto equitativo de los recursos".

La posición de los populares valencianos choca de frente con la de los aragoneses y con los de Castilla-la Mancha que encabeza la número dos del PP, Dolores de Cospedal, partidaria de poner fecha de caducidad al trasvase del Tajo-Segura.

"Nunca quise asumir la responsabilidad de una comunidad que viviese de la subvención, ni de la caridad, porque los valencianos queremos solidaridad y justicia", señaló ayer Camps. Y añadió: "Pese a la paralización del trasvase del Ebro, aquí seguimos preparándonos para cuando venga ese agua que también nos corresponde".

El presidente aludió también a la reciente sentencia del Tribunal Constitucional en la que tumba el artículo del Estatuto de Andalucía que otorgaba a esta comunidad competencias exclusivas sobre el río Guadalquivir al subrayar que la cuenca del Guadalquivir es compartida por otras comunidades autónomas como Murcia, Castilla-La Mancha y Extremadura. El jefe del Consell mantuvo que esta sentencia, junto con otras emitidas ya por el alto tribunal sobre el conflicto del agua avalan las postura del Consell sobre este asunto.

El presidente desafía a los manifestantes por el cierre de TV3

El Teatro del Raval de Castelló vivió ayer su primera puesta en escena improvisada con motivo de su ?inauguración. La representación de la tarde vino de la mano del presidente Camps, quien presidió la apertura de las renovadas instalaciones, y del grupo de unos 50 manifestantes que se congregaron delante del teatro para exigir que se retomen las emisiones de TV3 en la Comunitat.

Los partidarios de la cadena autonómica lograron con cánticos y consignas, como "Més cultura i menys censura" o "Molta corbata i molt poca vergonya" ser los protagonistas del acto, que se convirtió en casi una tragicomedia cuando llegó Camps. Así, el máximo responsable del Consell, al bajar de la furgoneta oficial con la que llegó -la cojera por sus problemas de hernia era visible-, se encaró a los manifestantes y llamó a los fotógrafos allí reunidos para que le acompañaran e hicieran unas fotos enfrente de los manifestantes por delante del cordón policial que se había habilitado. La actitud ?desafiante de Camps provocó sorpresa entre los distintos políticos que le esperaban a su llegada, como el alcalde de Castelló, Alberto Fabra; los consellers Vicente Rambla, Manuel Cervera y Trinidad Miró y el presidente de la Diputación de Castelló, Carlos Fabra.

Además, esta reacción provocó cierto caos entre los agentes de policía, que evitaron a duras penas el contacto entre los manifestantes y el presidente. Entre los que reivindicaban poder ver TV3 estaba la diputada de las Corts por Castelló Marina Albiol y el responsable de Acció Cultural en la capital de la Plana, Toni Royo.

La tensión vivida fue tal que algunos miembros del equipo de Camps llegaron a encararse con algunos de los allí concentrados, reprochándoles su actitud de protesta.

Más allá de la polémica que centró la inauguración, Camps pronunció su discurso y se marchó en apenas diez minutos. sara ríos castelló