El conseller de Solidaridad y Ciudadanía, Rafael Blasco, aseguró ayer en las Corts que la deuda de la Generalitat con Correos "está resuelta" e incidió en que "no hay ya ningún argumento que justifique el retraso de ningún juicio". Sin embargo, los carteros se negaron a recoger los envíos postales de todos los juzgados de la Comunitat Valenciana porque la deuda ya asciende a más de treinta millones de euros. La situación es tan preocupante para los jueces que la presidenta del TSJ, Pilar de la Oliva, advirtió al conseller de que "es un servicio esencial que no puede estar paralizado".

La sala de lo Contencioso Administrativo del TSJ está tramitando dos reclamaciones contra la Conselleria de Justicia por los impagos del Consell. Una de las demandas la ha presentado Correos y la otra una empresa suministradora de papel.

Correos exige el compromiso por escrito a la Generalitat de que va a hacer frente a la deuda. La Conselleria de Justicia ha informado a la presidenta del TSJ de que ya ha llegado a un acuerdo con Correos para fraccionar el pa?go en tres años. Sin embargo, los jueces no saben cuándo va a normalizarse la situación.

Ni una carta

Levante-EMV comprobó ayer en el sótano de la Ciudad de la Justicia de Valencia que no sale ni un papel. Las dependencias ya acumulaban a las dos de la tarde ciento sesenta cajas llenas de documentos judiciales cuando ca?da día se despachan ochenta. La situación en los juzgados de Alicante y Castelló era idéntica. Algunos carteros han propuesto a los magistrados que l0s juzgados paguen el franqueo, según fuentes judiciales. Los juzgados carecen de presupuesto para poder hacer frente al gasto postal, que depende de la Conselleria de Justicia.

En cualquier caso, Blasco insistió en las Corts en que "esa cuestión está en estos momentos resuelta porque se ha facilitado la fórmula económica para poder financiar los gastos atrasados".

La Generalitat comenzó a tener problemas con Correos en octubre tras los cortes de suministro eléctrico en algunos servicios por impago y la amenaza de interrumpir las comunicaciones telefónicas a varios departamentos por morosos.