La supuesta corrupción y la imagen del Consell volvió a ser el eje en torno al que orbitó el discurso de Jorge Alarte en la presentación de los candidatos municipales de la provincia de Valencia. El secretario general presentó su alternativa de "trabajo y dignidad" frente a "la corrupción, el nepotismo, el dinero fácil y la desvergüenza" que según él está instalada en el Gobierno de la Generalitat: "Trabajaré para que ningún valenciano vuelva a sentirse avergonzado", dijo.

Alarte, en su discurso ante los cientos de concejales y candidatos congregados en la Petxina, también lanzó mensajes de consumo interno. "Nosotros no tenemos vergüenza de nada. Os animo a que salgáis a la calle con más PSOE que nunca y defendamos lo que hemos hecho en este país en 130 años", dijo a las puertas de una campaña en que, precisamente, se cuestiona la conveniencia de lucir unas siglas asociadas a la gestión de la grave crisis económica.

El líder socialista, que puso en valor el legado de Joan Lerma -"somos la Comunitat Valenciana que construyó Lerma", llegó a decir-, también invitó a superar debates identitarios en el seno del partido: "Hemos madurado, sabemos quiénes somos, cuál es nuestro territorio y cómo nos llamamos".

Alarte, apelando a la recuperación de la "dignidad" para los valencianos, prometió un plan de saneamiento financiero para evitar problemas como los impagos a Correos; aseguró que acabará "con las cien fundaciones, chiringuitos de Camps" y lanzó algunas propuestas para incentivar el empleo entre los jóvenes. Medidas como garantizar la financiación los cinco primeros años a jóvenes empresarios o ayudar a las empresa a contratar a universitarios recién licenciados. También prometió un urbanismo "sensato", de rehabilitación y construcción de "lo que es necesario". Finalmente, se comprometió a "exigir" a las empresas que gestionan los hospitales del modelo Alzira que "cumplan las condiciones básicas del servicio público".