Al contrario que Ángel Luna, que se sentará en el banquillo como acusado de un delito de encubrimiento, el líder del PSPV, Jorge Alarte, está obligado legalmente a decir toda la verdad. De lo contrario, incurriría en un delito de obstrucción a la justicia. Eso dice la ley. Alarte acudirá a declarar en calidad de testigo en el juicio que —a raíz de la denuncia presentada por los populares por haber exhibido Luna en las Corts un informe del caso Gürtel bajo secreto de sumario— se celebrará el martes 5 de abril. El PP solicitó anteayer, día en que la sala del TSJ señaló la vista, que el candidato socialista declare como testigo. Ayer, los magistrados aceptaron la solicitud. Se pide la comparecencia del secretario general socialista para que explique las declaraciones que hizo el pasado 11 de marzo cuando, a preguntas de los periodistas, especuló sobre cómo pudo llegar a Luna el citado informe sobre los gastos y las comisiones que, a cuenta de la visita del Papa, se derivaron a la trama de Correa. Papeles que Luna no entregó al juez Montero. Alarte asestó, en tono irónico, que igual ese documento, que llegó de forma anónima, fue filtrado por «un militante del PP resentido». Los populares no tardaron media hora en acusar aquel día al socialista de ser cómplice de Luna en el encubrimiento. Ahora, el PP ha colgado sobre esa percha su petición de comparecencia, para lograr la foto de Alarte entrando en el juzgado junto a Luna. El martes, a las 10.30.