El autogobierno ha permitido cierta recuperación foral. ¿Ha sido demasiado tímida?

En el primer Estatut ya se puso de manifiesto de referencia al hecho foral. Es cierto que la batalla simbólica se tradujo en un nombre oficial, el de «Comunitat Valenciana», con el que todos perdimos en identidad, modernidad y autosatisfación. No fue posible la denominación más acorde con la historia, pero sí que se logró restablecer las instituciones del autogobierno valenciano mirando de una forma amable y generosa nuestro pasado foral. Recuperamos los nombres de Generalitat, Corts, Consell, Síndic de Greuges, Mesa de las Corts… A pesar de que un grupo de profesores tratamos de influir, no conseguimos que se adoptasen más denominaciones relacionadas con nuestros Furs.

Pero el nuevo Estatut y su artículo 7.1 abre horizontes…

Sí. El nuevo Estatut concreta más. Ya ha quedado claro que los valencianos podemos legislar en materia civil de acuerdo con el espíritu, la letra y el sentido de nuestros antiguos Furs. Pero además, el artículo 7.1 establece que la legislación y la acción de gobierno procurarán la recuperación de los Furs.

Por ejemplo en la onomástica.

Sí. La nueva ley de régimen local contempla una cláusula que permite a los ayuntamientos, de forma voluntaria, recuperar los antiguos nombres forales para sus cargos, órganos e instituciones. Por ejemplo, que el alcalde pase a denominarse batle. Que el concejal recupere la denominación de jurat. Que al ayuntamiento —que parece algo sexual, ¡«ayuntamiento»!— se lo llame casa de la vila. Que la junta de gobierno sea el consell de govern. Que el teniente de alcalde pase a ser cap de consell de govern. Que el pleno vuelva a ser el cor de la vila. Que la Concejalía de Urbanismo cambie a la antigua Junta de murs e valls. Que no haya secretario municipal sino escribà d´actes, y que el interventor recupere el nombre de mostassaf. Que el policía local sea el cap de guaita y que el recaudador de impuestos vuelva a llamarse peiter. Que las instituciones de menores huérfanos sean conocidas como Pare d´Orfes. Incluso que las leyes autonómicas se llamen furs, y al Estatut se lo conozca como Fur General.

Para los descreídos: con la que está cayendo, ¿qué se gana con esa recuperación simbólica?

Es la pregunta más importante. Cuando las preocupaciones son el terrorismo, la paz, el trabajo y la crisis económica, parece muy poco recomendable resolver asuntos menores. Pero fíjate: en el mismo periodo de crisis, hay fervor por la procesión de Semana Santa, hay gran expectación por el Barça-Valencia, y no dejamos de celebrar los Moros y Cristianos ni renunciamos a la paella gigante del día de la patrona del pueblo, etc. Si todo ello sirve para crear vínculos de comunidad, ¿cómo no va a crear vínculos de comunidad estas cosas, que no cuestan dinero, hacen que nos reconozcamos en la historia, y están en la línea del cumplimiento del modelo político vigente? Es decir: recuperar los Furs no es el deseo de un grupo de estudiosos añoradizos del pasado foral. ¡No, es que lo dice el Estatut y la Constitución!

¿Y éste es un buen momento?

Un país como el nuestro, que en la Transición fue incapaz de concretar los elementos de nuestro pasado, 30 años después puede reconciliarse con muchas cosas. Incluso te driré que si los valencianos nos replanteáramos hoy el nombre de nuestra comunidad y propusiéramos el de Antic Regne de València, el acuerdo sería inmensamente mayoritario.

Está impulsando el Grup d´Estudis Forals. ¿Quiénes son y qué se proponen?

El Grup d´Estudis Forals está gestándose como un grupo de historiadores, expertos en la época foral, constitucionalistas y politólogos que queremos recuperar el espíritu de los Furs. Está el profesor de Derecho Constitucional Lluís Aguiló Lucia, antiguo Lletrat Major de las Corts, el profesor Manuel Martínez Sospedra, el registrador de la propiedad Enric Solà, el medievalista Vicent Garcia Edo, el historiador Primitivo Pla, el historiador Casimiro Mas, y ahora se incorporarán recién licenciados interesados. Vamos a ofrecer nuestras conclusiones a las instituciones valencianas: a las Corts y a los ayuntamientos proclives. Y creo que en la próxima legislatura algunos ayuntamientos adoptarán acuerdos municipales para recuperar las denominaciones forales. Recuperando todos esos nombres, seremos más nosotros. Estaremos orgullosos de recuperar aquello que perdimos «por justo derecho conquista».