El presidente del PP de Alicante, José Joaquín Ripoll, ha empezado la guerra con la dirección regional que lidera Francisco Camps. Ayer rompió el cauto silencio que mantenía desde que vio peligrar su continuidad al frente de la Diputación de Alicante —tras lloverle cinco imputaciones por la trama Brugal que investiga las adjudicaciones de la basura en el sur de Alicante— una vez que el PP nacional —con el expresidente Eduardo Zaplana al frente— le ha apuntalado su futuro.

Tardó apenas doce horas en pronunciarse. Aprovechó un encuentro mantenido con munícipes alicantinos para disparar con bala hacia Valencia. Un comunicado, enviado desde su sede provincial tras la reunión afirmaba que «cien alcaldes y candidatos están indignados por los constantes incumplimientos de la dirección regional».

«Los alcaldes y candidatos se han concentrado hoy en la sede provincial para mostrar su descontento con la dirección regional y la falta de respeto que, a su juicio, muestra esa dirección regional con los órganos de dirección provincial del partido y con ellos mismos», rezaba el documento.

La nota también indicaba que «mostraban su absoluto apoyo al dirigente provincial, así como al comité ejecutivo». Una rápida reacción a la rebaja que Valencia aplicó el viernes a las listas de Alicante a les Corts donde sólo Ripoll quedaba avalado por Génova para seguir al frente de la Diputación —pese a la negativa de la alcaldesa Sonia Castedo de llevarlo en su candidatura—. El jefe del Consell sacó de la lista alicantina a los incómodos, como Gema Amor, la presidenta del PP de Benidorm que, tras la bronca política que montó con el candidato a la alcaldía local Manuel Pérez Fenoll, no ha dejado de sembrar dudas sobre la posibilidad de presentar candidatura a la alcaldía con un nuevo partido.

El silencio de Génova

Sin embargo, el entorno de Ripoll también se sentía molesto porque varias de sus propuestas para incluir en la candidatura autonómica no han conseguido llegar a puerto. Camps ha mantenido el grueso de sus actuales diputados y ha dado entrada a políticos críticos con el dirigente alicantino, dejando fuera a sus afines. Sin embargo, la ruptura que ayer exhibió el presidente provincial a escasos 43 días de elecciones no ha dejado indiferente al PP en su conjunto, tanto regional como provincial. Numerosos alcaldables y alcaldes alicantinos se apresuraron a desmarcarse de la afrenta de su presidente regional para cerrar filas con Valencia. Y negar, así, cualquier afirmación en ese sentido que viniera desde Alicante.

La dirección regional prefirió sólo lanzar odas hacia su «ejemplar» lista a les Corts, sólo el delegado del Consell en Alicante, José Císcar hizo réplica al señalar que «esta candidatura representa fielmente la realidad de la provincia y que los candidatos del PPCV provienen de 28 municipios de todas las comarcas del interior y el litoral». Mientras, Génova miró sólo hacia la manifestación de Madrid contra ETA —plagada de altos cargos del PP aunque sin Rajoy— para evitar hacerse responsable de la salida de tono de su protegido. Conscientes de la bronca popular que se ha montado en la Comunitat Valenciana, fuentes madrileñas sólo atinaron a reconocer la magnitud de las declaraciones de Ripoll.

El feudo de la Diputación

Pero el comunicado no sólo atacaba, sino que anunciaba intenciones. Reclamaba «respeto» para el Comité Ejecutivo Provincial para confeccionar las listas de la Diputación de Alicante». Que no es poca cosa porque decide el poder municipal que se tiene de toda la provincia. Un nuevo órdago que ha lanzado Ripoll tras haberse desquitado de las designaciones de candidatos que Camps había hecho en los municipios de Alicante con más de 20.000 habitantes (por estatutos corresponde a la regional nombrarlos) al barrer en las listas a todos los campistas en los pueblos menores de 20.000 (por estatutos le corresponde a la provincial). Así que ahora, tras el nuevo desaire autonómico, Ripoll pone verja a su feudo provincial. La nota también alude a determinados «acuerdos de sobra conocidos por Alicante y Valencia» y reconocen la intervención de la dirección nacional para llevarlos a cabo. Ahora bien, la duda reside en si, a través de este comunicado, Ripoll pretende adueñarse, como hasta ahora ha sido, del pleno de la institución provincial o Génova mediará.

Camps y Barberá evitan a los periodistas

Desde Valencia ayer no hubo reacciones ni al desafío de Ripoll ni a las críticas que ha despertado en toda España la lista autonómica del PP valenciano. Ni Francisco Camps —ayer de nuevo afectado por la hernia discal que sufre— ni la alcaldesa Rita Barberá —por un asunto personal, dijeron desde el ayuntamiento— acudieron a un acto en Valencia al que tenían en su agenda. Sólo el conseller Blasco, preguntado por los periodistas, defendió la «presunción de inocencia» de sus compañeros y opinó que la imputación es «una garantía procesal».

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