La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, es la vicepresidenta de la comisión de Desarrollo del Estatuto de Autonomía de las Corts, un foro que no ha pisado ni siquiera el día en que fue nombrada, el 28 de junio de 2007, cuando se constituyó y fue sustituida por otra parlamentaria. El alcalde de Castelló, Alberto Fabra, es vicepresidente de la comisión de Nuevas Tecnologías. Tampoco estuvo presente ni el día de la designación, el mismo 28 de junio de 2007. Ambos órganos se han reunido cinco veces -incluida la constitución- en cuatro años. Eso sí, ser miembro de la mesa o portavoz de grupo de una comisión da derecho a cobrar una indemnización por el ejercicio del cargo de 549 euros al mes, compatible con el sueldo de alcalde cuando, como Barberá y Fabra, la nómina la cobran del ayuntamiento.

Los dos son una buena muestra de que tener alcaldes de poblaciones importantes en la candidatura es un lujo para el partido pero luego los primeros ediles son carne de absentismo y apenas colaboran en el trabajo parlamentario. Barberá sólo ha intervenido dos veces en el pleno y por alusiones, mientras Fabra ha llevado tres asuntos relacionados con Castelló al hemiciclo. Es la contrapartida de la apuesta municipalista que ha hecho el presidente Francisco Camps en las listas para el 22-M. Camps pretende arrastrar voto local a su lista pero la acumulación de cargos de los elegidos, lejos de enriquecer el debate, empobrece al grupo. Barberá especialmente pero también Fabra apenas han visitado las Corts con motivo de las sesiones de control al jefe del Consell y cuando los convocan para las votaciones.

Pero, una vez allí, lo que han hecho a menudo es trasladar el despacho de sus respectivos ayuntamientos al hemiciclo. En la tribuna se habla de todo, pero ellos están en lo suyo. Sólo dan un respingo cuando alguien menciona el caso Gürtel. Desde el escaño, vía teléfono, se ocupan realmente de gestionar su ciudad, cuando no aprovechan la presencia del presidente o de los consellers para "rascar" algo. Es el panorama que aguarda a muchos alcaldes-diputados en la próxima legislatura. Además de los citados Barberá y Fabra, estarán el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, y los alcaldes y candidatos a la reelección en Alicante, Sonia Castedo; Torrent, María José Catalá; Vilamarxant, Vicente Betoret; Sagunto, Alfredo Castelló; Vallada, Fernando Giner; Alzira, Elena Bastidas; y Crevillent, César Augusto Asencio. Otros dos son alcaldables: Milagrosa Martínez, en Novelda, y César Sánchez, en Calp. Betoret, Giner y Asencio ya estaban en esta legislatura. En el caso de Rus, su presencia se lee en clave de la sucesión de Camps, pero nadie ve al titular de la corporación provincial calentando escaño.

El caso más emblemático de diputado-orquesta es el de Asencio. Alcalde un municipio de 28.700 habitantes, compagina esta responsabilidad con la de portavoz adjunto del grupo popular. Pero, a diferencia de los anteriores, da el callo. Por eso ha sido una estampa habitual en la legislatura la del primer edil de Crevillent sólo en el hemiciclo, al finalizar la sesión matinal del pleno, dedicado en su escaño a gestionar su municipio. Asencio no pierde el tiempo y en alguna ocasión se le ha visto sentado en uno de los bancos de piedra de la calle Micalet, frente a la Conselleria de Justicia y Administraciones Públicas. Cerca de donde a veces se coloca algún músico callejero, Asencio tocaba las teclas de su consistorio a 160 kilómetros.

Los alcaldes con coche oficial, eso sí, tienen ventaja, ya que cobran igualmente el kilometraje cuando asisten a las sesiones (a 0,32 euros el kilómetro). También es compatible el llamado plus mensual de distancia desde su domicilio a las Corts, que es de 294 euros hasta 10 kilómetros; de 588 euros, de 10 a 100 kilómetros; y de 882 euros, más de 100 kilómetros.